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Añadir leyendaTrasvase Proyecto Especial Tambo Ccaracocha que conecta el agua de Huancavelica con Ica. Fuente: ObservatorioClimático.org


Tuvimos que esperar hasta finales del 2016 para que 17 regiones del territorio nacional sean declaradas en emergencia hídrica y así empezar a creerle al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático que, en el 2014, señaló que el Perú era uno de los 12 países que ya sufren los golpes del estrés hídrico por el cambio climático. Sin embargo, para algunas regiones, como Ica, este problema tiene ya muchos años.

A pesar de encontrarse en una zona desértica, Ica cuenta con una importante reserva de agua: el acuífero de Ica-Villacurí. Este permitió que, por ejemplo, entre 1991 y el 2011 la región expanda 25 veces sus plantaciones de espárragos –uno de los cultivos con mayor demanda hídrica–. No obstante, la sobreexplotación formal e informal del recurso para la agricultura en general llevó a que esta región sea declarada en emergencia hídrica desde el 2011, lo que ha derivado desde entonces en propuestas de proyectos hídricos de hasta US$1.000 millones para intentar solucionar el tema.

Luego de dos años de intensas discusiones entre los gobiernos de Ica y Huancavelica y el Gobierno Central, durante el III GORE Ejecutivo se anunció que estas regiones llegaron un acuerdo respecto a un conflicto de más de 70 años por el manejo del agua. A cambio de un canon hídrico, Huancavelica cederá, por medio de trasvases, suficiente agua como para mantener viva la agricultura en Ica.

Luego de cerrado el acuerdo, llamó la atención la manera como fue resaltada la noticia. Incluso el presidente Pedro Pablo Kuczynski escribió en Twitter: “La falta del agua en Ica tendrá solución. Huancavelica proveerá este recurso al pueblo iqueño”. Pero el agua tampoco sobra en Huancavelica. La región sufre de sequías durante la época de estiaje y, de hecho, desde agosto del 2016 sus autoridades vienen pidiendo que sea declarada en emergencia hídrica.

En la gran mayoría de casos, optar por construir trasvases es sinónimo de sobrecostos y de conflictos sociales, ambientales y económicos. Cuando nos referimos a trasvases de agua podemos encontrar ejemplos de todo tipo.

En España, el trasvase Tajo-Segura, con muchos conflictos sociales y políticos, aporta aproximadamente 2.400 millones de euros al PBI de ese país y más de 100.000 empleos. En Lesoto, por temas de corrupción, el costo del trasvase que cede agua a Sudáfrica se cuadruplicó y llegó a US$8.000 millones. Actualmente ha cedido tanta agua que el país está importando alimentos que ya no puede cultivar. Y en Australia, el río Snowy cedió tanta agua que el caudal bajó en 90%, lo que ha llevado a una severa crisis económica en las comunidades cercanas a la cuenca, pero también a un importante desarrollo de la agricultura y el turismo para las comunidades de la cuenca receptora.

Los trasvases deben ser tomados como la alternativa final para solucionar sequías. Si no hay un cambio en los patrones de consumo (industriales y domésticos), la nueva fuente de agua tampoco será suficiente. Huancavelica viene cediendo agua a Ica desde 1945, cuando se construyó el trasvase de la laguna Choclococha hasta el río Ica. Pero ya no basta. Ahora, cuando la ANA ha declarado que de continuar esta gestión del agua, en diez años, más del 75% de áreas de cultivo en Ica se verían en peligro, el gobierno quiere invertir S/630 millones en otro respirador artificial.

Si es la gestión del agua en Ica lo que ha derivado en una grave sequía, ¿por qué no replantear la forma como se viene utilizando el agua en lugar de invertir millones en proyectos que van a permitir seguir funcionando de la misma manera? Destinar más dinero debe dejar de ser la única solución para resolver errores.


FUENTE: https://danielmacera.lamula.pe/2017/03/24/ica-y-huancavelica-conflicto-hidrico-de-70-anos-busca-ser-resuelto-con-polemicos-proyectos-de-trasvases-de-agua/danielmacera/

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