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Adaptación al cambio climático





Sin esfuerzos de adaptación, probablemente un aumento de temperatura de 2,5°C provoque una disminución de entre 0,5 y 2% del producto interno bruto, con pérdidas mayores en la mayoría de los países en desarrollo

Datos y cifras

Reducir los efectos adversos — Durante el presente siglo, si continúan al ritmo actual o se intensifican las emisiones de gases de efecto invernadero y otros cambios es probable que muchos sistemas no tengan capacidad de recuperación suficiente debido a los cambios sin precedentes que tiene lugar en el clima.


La escasez de agua — Según proyecciones, el número de personas que viven en cuencas fluviales con demanda excesiva de recursos hídricos aumentará extraordinariamente de entre 1.400 y 1.600 millones en 1995 a entre 4,3 y 6,9 miles de millones en 2050.


La importancia de invertir ahora — Se calcula que un dólar de los EE.UU. invertido en medidas preventivas puede ahorrar hasta siete dólares en gastos de socorro en el futuro. 


Recursos disponibles para evaluar la vulnerabilidad y financiar programas — El programa de trabajo de Nairobi (2005-2010) presta asistencia a las Partes aumentando su conocimiento y evaluación de los impactos, la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático y adoptando decisiones fundamentadas respecto de las medidas prácticas de adaptación. El Fondo de Adaptación se estableció para financiar proyectos y programas en Partes en el Protocolo de Kyoto que son países en desarrollo.


Adaptarse a los cambios — Muchas comunidades árticas están adaptándose al cambio climático mediante cambios en los regímenes de ordenación de la fauna y la flora silvestre y las prácticas de caza.


La vulnerabilidad de las comunidades que viven en la costa
— Las costas están experimentando las consecuencias adversas de los peligros relacionados con el clima y el aumento del nivel del mar. Anualmente cerca de 120 millones de personas que eran expuestas a ciclones tropicales.

Fuente: http://www.un.org/es/climatechange/

Las Leyes sobre el agua deben ajustarse a las diversas realidades hídricas del país


Entrevista a Laureano del Castillo, experto en legislación agraria, y director ejecutivo del CEPES

El agua es uno de los recursos naturales más importantes en el planeta, siendo un factor fundamental en diferentes actividades económicas, sociales y culturales, en especial para la agricultura. Sin embargo, muchas veces la gestión del agua se realiza de manera ineficiente.


En el Perú, la gestión de los recursos hídricos enfrenta diferentes realidades tanto en la costa, sierra y selva. A pesar de estas diferencias, la actual legislación sobre el agua no se adecúa a esta amplia diversidad.

El experto en legislación agraria, Laureano del Castillo, abogado y director ejecutivo del CEPES, plantea la necesidad de implementar políticas adecuadas para la buena administración del agua en las zonas rurales. En la siguiente entrevista analiza las características de la Ley 30157, Ley de Organizaciones de Usuarios de agua, que fue promulgada hace unos meses.

¿Cuál es la actual situación de la infraestructura de riego en las zonas rurales de nuestro país?

Laureano del Castillo: Se tendría que diferenciar por regiones. No podríamos hablar, en general, sobre la situación de la infraestructura, salvo decir, que no está en sus mejores condiciones. La infraestructura en mejor estado está en la costa, mientras que en la sierra, el riego es complementario. Es importante resaltar que en la sierra, la infraestructura de riego es realizada por las propias comunidades, porque ahí el rol del Estado es menor. En la selva tenemos una situación parecida a la de la sierra, donde el riego es complementario, y las obras tienen menor importancia.

En los últimos años ¿se ha modernizado la infraestructura de riego en las zonas rurales?

L. del Castillo: Sí, en lo que se refiere a la infraestructura de riego, se han hecho algunos esfuerzos y se han desarrollado algunas obras. En los últimos 20 años se han ejecutado grandes irrigaciones, financiadas sobre todo con fondos del Estado y complementadas por inversiones privadas. También se ha producido una mejora en el riego, a partir de la introducción del riego tecnificado, tanto en la costa como en la sierra.

¿Cuál es la importancia de poseer sistemas de riego, modernos y conservados en nuestro país?

L. del Castillo: Básicamente, para poder usar mejor el agua, que llegue a los lugares donde se necesita y también a zonas donde no llega el agua. Esto le otorga una mayor importancia a la infraestructura de riego. Pero, hay que advertir que cuando se habla de sistema de riego muchas veces solo nos enfocamos en infraestructura; canales, bocatomas, entre otros; cuando tenemos que entender que esa solo es la parte material. Recordemos que una buena parte de los sistemas de riego tiene que ver con la organización que forman los usuarios para poder aprovechar ese recurso; entonces, la infraestructura resulta ser un medio pero no un fin, en sí.

¿Cuáles son las principales dificultades que afrontan el mantenimiento y conservación de la infraestructura de riego en nuestro país?

L. del Castillo: En general, la principal limitación o dificultad es la falta de fondos. En la sierra esto ha recaído en los propios usuarios y administradores del recurso, es decir, los agricultores. Todo el mundo reconoce la importancia del agua, pero se ha ido generando un sistema que podríamos denominar perverso, donde no se paga lo que se necesita para la conservación y mantenimiento de la infraestructura de riego. En la actualidad, lo usual es que se paga lo que la gente quiere pagar. Esto provoca un problema: que no se hagan las inversiones necesarias el para mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura de riego. En conclusión se deberían revisar los presupuestos para el mejor funcionamiento de los sistemas de riego.

¿Cuál debería ser la mejor manera de administrar el agua de riego, tanto en la costa como en la sierra del país?

L. del Castillo: Lo que ocurre es que el Estado, de una u otra forma, desde la década de los 80, ha transferido esta responsabilidad a los usuarios. Son ellos los que se encargan del mantenimiento, de la infraestructura menor y, en algunos casos, hasta de la infraestructura mayor. El Estado prácticamente se ha desentendido de esta labor. Si la infraestructura de riego en la costa no colapsó, es porque se está trabajando bajo un sistema de riego; tal vez no en la proporción de la calidad que debería ser, pero se viene trabajando. El tema es como mejorar y mantener de la infraestructura de riego. Ese es el gran reto.

En un reciente artículo de LRA, usted analiza que en muchos lugares se produce una especie de convivencia entre lo que dicen las leyes sobre la gestión del agua y las costumbres propias de las comunidades. ¿En qué consisten estas situaciones y cuáles son sus implicancias?

L. del Castillo: En el Perú, como en otros países, tenemos una ley o norma general para todo el territorio. Esa es una primera dificultad. El Perú no es igual; tenemos costa, sierra y selva. Tenemos norte y sur; tenemos costa norte, distinta de la costa central; y mucho más distinta de la costa sur. Lo mismo sucede en la sierra; hay valles, planicies, mesetas, etc. No se puede considerar que nuestra realidad hídrica sea igual en todo el Perú. Por otro lado, existen diferentes culturas, distintas prácticas, cultivos, tradiciones. De alguna manera, la Ley pretende uniformizar esta realidad hídrica sin contemplar su diversidad.

¿Las juntas de usuarios han funcionado bien en los últimos años?


L. del Castillo: Han funcionado de manera variada. Quienes tienen más y mejor tradición de funcionamiento son las juntas de la costa, porque allí, sin riego, no es posible hacer agricultura, por ello es vital que funcionen bien. En la sierra, para empezar, hay menos juntas de usuarios, y eso debido a la poca presencia del Estado con obras. Tampoco podemos negar que en algunas organizaciones se han presentado problemas de malos manejos de dirigentes, es algo que sucede y no se puede ignorar.

¿Las denuncias a malos dirigentes en las juntas de usuarios ha sido uno de los principales problemas?

L. del Castillo: En efecto, hay problemas que tienen que ver con manejo de dinero. Las juntas de usuarios recaudan fondos, lo cual es una fortaleza, pero, al mismo tiempo, es una tentación para malos dirigentes. No podemos cerrar los ojos a realidades que se nos muestran complejas en el país.

Hace unos meses se promulgó la Ley Nº 30157, Ley de Organizaciones de usuarios de agua ¿Cuáles son los principales objetivos de esta ley?

L. del Castillo: El objetivo central que persigue esta ley es ordenar una situación que, desde el Congreso y el Poder Ejecutivo, se ha percibido como anómala. Básicamente, esto se debía a problemas de mala gestión de fondos, por parte de las organizaciones de usuarios. Esa es una de las motivaciones centrales del proyecto. A pesar de la valiosa iniciativa, la ley tiene dos defectos: fue aprobada muy tarde, cuando las juntas de usuarios ya se habían renovado y, por otra parte, porque rompe la tradición de consulta y participación de usuarios en lo que es la normativa sobre el agua.

¿La Ley Nº 30157 realmente ayudará a mejorar el funcionamiento de las juntas de usuarios de agua? ¿Esta ley se adecúa a la realidad diversa de nuestro país?
L. del Castillo: La respuesta es difícil porque hay aspectos positivos y negativos. Lo positivo es que finalmente se ha decidido enfrentar los problemas de ineficiencia y hasta de corrupción en algunas juntas de usuarios. Lo negativo, es que la norma salió tarde y sin consulta; pero, adicionalmente, desconoce la vigencia y la importancia de las comisiones y comités de regantes que son las bases de las juntas de usuarios. Ese es un punto que el Poder Ejecutivo debería analizar, en trabajo conjunto con los usuarios.

(Carla Calderón-Urquizo Larco)
  http://www.larevistaagraria.org/


Por Peter Bosshard
International Rivers

Las represas son costosas, no duran para siempre, violan los derechos humanos, desplazan gran parte de la población rural, contribuyen al calentamiento global, etc… entienda estos y otros argumentos y bájese del mito que las represas son energía LIMPA Y BARATA.




1. 50000 Grandes Represas están obstruyendo los ríos del mundo:


Cerca de 50.000 represas con una altura de 15 metros o más y millones de pequeñas represas se han construido en los ríos del mundo. Algunas de ellas datan de los siglos, pero la mayoría fueron construidos después de la Segunda Guerra Mundial. Cerca de 5.000 represas tienen una altura de 60 metros o más; otras 350 gigantes están actualmente en construcción


2. Las represas están cambiando la cara de la Tierra:



Las represas han fragmentado dos tercios de los grandes ríos del mundo e inundado una superficie del tamaño de España. Sus depósitos contienen tres veces más agua que los ríos de todo el mundo, y constantemente se pierden cerca de cuatro cataratas del Niágara a la evaporación. Las represas atrapan 40 kilómetros cúbicos de sedimentos cada año, y matan de hambre a los deltas de los sedimentos que los protege contra el mar intruso.


3. Las represas proporcionan servicios importantes:


Las represas generan el 16% de la electricidad mundial y el riego de los cultivos de alimentos para el 12-15% de la población mundial. En menor medida, las represas también se han construido para fines de abastecimiento de agua, protección contra inundaciones, la navegación y el turismo. La mayoría de las represas han sido construidas para el riego, pero el 80% del agua que se almacena se utiliza para la energía hidroeléctrica.


4. Las Represas dan muerte a los peces:


Las Represas bloquean la migración de los peces, agotan a los ríos de oxígeno, e interfieren con los factores biológicos que guían a los peces. También reducen la capacidad de los ríos para limpiarse. Debido a la construcción de represas y otros factores, la población de las especies de agua dulce ha disminuido en 37% entre 1970 a 2008 - más que las poblaciones de otros ecosistemas. Las poblaciones tropicales de agua dulce disminuyeron en un impresionante 70%.


5. Las Represas están cambiando el clima:



Las represas no son climáticamente neutrales. Particularmente en los trópicos, la materia orgánica en descomposición en sus embalses emite metano, un gas de efecto invernadero agresivo. Los científicos han estimado que los embalses representan el 4% de todo el cambio climático hecho por el hombre, lo que equivale al impacto climático de la aviación. Las inundaciones y sequías causadas por el cambio climático, a su vez hacen de las represas menos seguras y menos económica.


6. Las represas desplazan a las personas:


Las represas han desplazado a un estimado de 80 millones de personas, con 23 millones solo en China. El desplazamiento roba a las personas que ya son pobres y marginados de sus recursos, las habilidades y la identidad cultural, y los empobrece aún más. Las presas también han tenido un impacto negativo de 500 millones de personas que viven río abajo. Los beneficios de las represas a menudo pasan por alto a las personas que sacrifican sus medios de vida por ellos.


7. Las Represas pueden violar los Derechos Humanos:


La mayoría de las represas que desplazan a grandes poblaciones están siendo construidos por gobiernos autoritarios. En Birmania, China, Colombia, Etiopía, Guatemala, Sudán y otros países, los constructores de represas a menudo han respondido a la oposición con graves violaciones de los derechos humanos. En la peor masacre de las represas, más de 440 indígenas fueron asesinados para dar paso a la Represa Chixoy en Guatemala en 1982.


8. Las represas son costosas:


Las grandes represas pertenecen a las inversiones más costosas que muchos gobiernos jamás han hecho. Se estima que unos 2000 mil millones de dólares se han gastado en las represas desde 1950. Debido a errores de planificación, problemas técnicos y la corrupción, las presas experimentan demoras promedio de 44% y excesos de costos de un 96%. Tales excesos masivos los hacen poco rentable.


9. Las represas no duran para siempre:


Tarde o temprano los embalses se obstruyen, y el costo de mantenimiento de las represas se vuelve mayor que sus beneficios. En los Estados Unidos, más de 1.000 represas se han eliminado a un gran costo. Cuando las represas no están debidamente construidas o mantenidas, se pueden romper. En el desastre más grande de represa del mundo, el fallo de la represa china de Banqiao mató a unas 171.000 personas en 1975.


10. Mejores Soluciones suelen estar disponibles:


En 2012, los gobiernos y las empresas han instalado 75 gigavatios de energía eólica y solar, en comparación con 30 gigavatios de energía hidroeléctrica. Tales alternativas les va mejor cuando se incluyen los impactos sociales y ambientales y los costos de transmisión. La Agencia Internacional de la Energía ha propuesto que el 60 por ciento de los fondos necesarios para lograr el acceso a la energía para todos debería ir a los proyectos locales de energía renovable.



Peter Bosshard es el Director de Políticas de International Rivers

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