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¡SE EXTINGUEN NUESTROS HIELOS! Y SE VIENE LA ESCASEZ CRÓNICA DE AGUA

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¡Se extinguen nuestro Hielos! y se viene la escasez crónica de agua


Entrevista a:
Dr. Lonnie Thompson, de EE.UU. eminente glaciólogo y climatólogo internacional



Entre desatentos, irresponsables y potencialmente suicidas, los peruanos de hoy aún no queremos darnos cuenta del inminente desastre que nos ronda: la extinción de nuestros glaciares y nevados, cuyos deshielos hoy nos proveen el 70% del agua que requerimos en el largo período de estiaje. Sin embargo, como si no fuese suficiente que en el 2014 la Autoridad Nacional del Agua reportó la desaparición del 43% de esas cruciales formaciones níveas en sólo los 43 años previos, ahora un científico de talla mundial viene a decirnos que este proceso tiende a agudizarse. Se trata del Dr. Lonnie Thompson, glaciólogo, paleoclimatólogo y profesor honorario de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, quien vino a ofrecer una conferencia magistral sobre el tema el 11 pasado en Lima, con motivo de la presentación del naciente Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), y a quien entrevistó —con exclusividad— AGRONOTICIAS, para abrir los ojos de la mayor parte de nuestras autoridades y casi el íntegro de nuestro pueblo. Una virtual guía para saber, reflexionar y actuar pronto en los tres niveles de gobierno:

— ¿Por qué y cuándo se interesó por el tema de los glaciares y nevados, Dr. Thompson?

— Cuando en 1971 llegué a la Universidad Estatal de Ohio (OSU) como alumno de posgrado, mi intención era estudiar la geología del carbón, pensando en que esta opción me aseguraría rápidamente un empleo. Hasta que en mi buzón de correspondencias recibí un aviso sobre la disponibilidad de un puesto de investigación para examinar testigos o núcleos de hielo en el Instituto de Estudios Polares de la OSU (ahora llamado Centro de Investigación “Byrd” de Asuntos Polares y Climáticos). Yo sabía que los glaciares cubrían sólo el 10% del planeta y que mayormente estaban ubicados en lugares donde no vive gente. Así que dudé ante la posibilidad de pasarme la vida mirando sólo hielos. Pero como también sabía que podía graduarme más rápidamente si asumía ese puesto de investigación, lo solicité y lo obtuve. Esa decisión me condujo en última instancia a seguir una carrera de estudio de los hielos. Así, luego de descifrar durante varios años los registros climáticos que se conservan en los primeros testigos de hielo extraídos de Groenlandia y la Antártida, pasé a hacer estudios pioneros de los glaciares en las regiones tropicales y subtropicales del planeta.




ARCHIVOS CONGELADOS


¿Por qué son importantes las formaciones de hielo en el ecosistema global?


— Básicamente, porque los glaciares sirven como registradores naturales del sistema climático pasado. Los archivos son las capas anuales de hielo. Si el glaciar es lo suficientemente alto y gélido, cada archivo permanece congelado en el tiempo, para saber lo que sucedió en el pasado y poner el actual cambio climático en una perspectiva de largo plazo. Asimismo, los glaciares son indicadores del cambio climático. Pues crecen cuando el ambiente se pone más frío y más húmedo, y se reducen cuando el clima se pone más caliente y más seco. Éste es el caso de todos los glaciares del Perú hoy.

¿Qué datos fundamentales proporcionan las formaciones glaciares en torno a la evolución del ecosistema y las actividades humanas?

— Como muchos elementos se encuentran en la atmósfera cuando cae la nieve sobre la superficie, ella los atrapa para “archivarlos” en capas. Gracias a ello, por ejemplo, podemos reconstruir la historia de la temperatura (isótopos estables de oxígeno) y de las lluvias (capas de espesor anual), así como la presencia de sustancias químicas y la formación de polvo en la atmósfera del pasado. Estas mediciones sirven —incluso— para reconstruir la historia de las erupciones volcánicas, el Fenómeno “El Niño”, las sequías y otros fenómenos o procesos ambientales. Igualmente, la medición de ciertos oligoelementos —como el plomo y el mercurio— sirve para determinar el origen y la intensidad de las actividades humanas, como la minería, y el uso de aditivos en los derivados de petróleo, por ejemplo. El hielo también preserva insectos, otros animales y fragmentos de plantas; lo que permite investigar mejor los biosistemas del pasado y aplicar el carbono-14 para determinar las edades de los elementos.



EXPEDICIONES

¿Dónde se encuentran las mayores formaciones glaciares en el mundo?
— En la Antártida y Groenlandia. También existen grandes depósitos de hielo en Alaska y en la meseta tibetana (a menudo referida como “tercer polo”). Dentro de este marco, el Perú se distingue por tener más del 70% de los glaciares tropicales de la tierra: una virtual “mina” para la ciencia.

¿Cuándo y con qué propósito hizo Ud. su primera expedición?

— Cuando empecé mi investigación glaciar en la década de los años 70 y principios de los 80, toda la actividad se daba en las regiones polares. Por eso, cuando solicitamos financiación para estudiar el “Quelccaya” en el Cusco, Perú, nos dijeron que era imposible, porque dicho glaciar no se encuentra al norte del Círculo Polar Ártico o al sur del Círculo Polar Antártico. El escepticismo era enorme.

Anecdótico.

— Sin embargo, con mucho esfuerzo, conseguimos 7,000 dólares para realizar la primera expedición al “Quelccaya”.

— Mi primer objetivo era obtener un testigo de hielo profundo del Perú (que logré en 1983), para interrelacionarlo con los registros paleoclimáticos de los primeros núcleos de hielo de la Antártida y los de Groenlandia, a través de los trópicos, donde está el Perú.

SUEÑOS Y DESVELOS COMPARTIDOS: Dr. Lonnie Thompson, experto internacional en glaciología y paleoclima de Ohio, Estados Unidos; Ing. geológo Benjamín Morales Arnao, Presidente de INAIGEM e Ing. ambiental Eloy Alzamora Morales, Alcalde de Independencia, Huarás tras el lanzamienro del naciente instituto, el 11 último en Lima.

EN EL PERÚ

— Bien. ¿Cuándo visitó Ud. por primera vez al Perú?

— Fue en 1974, recién graduado en el Departamento de Ciencias Geológicas de la OSU. Junto con otras tres personas viajé a Lima y luego a Arequipa, Puno y Sicuani en el Cusco, para escalar y estudiar el “Quelccaya”. Después, durante nueve años hicimos lo mismo, aunque sin perforar completamente al hielo. Así, en 1983 logramos —finalmente—extraer dos testigos de hielo, penetrando hasta la roca madre del “Quelccaya” (168 metros de longitud). Para el efecto, utilizamos —por primera vez en el mundo— un taladro activado con energía solar. Lo obtenido de la capa de hielo del “Quelccaya” fue el primer registro paleoclimático tropical de un glaciar que cubría los últimos 1,500 años.

Sería casi un tesoro para la ciencia. ¿Sí?

— Exacto. Luego seguimos perforando en las regiones de alta montaña del Perú y el mundo. Así, en 1993 obtuvimos dos núcleos de hielo —perforando hasta la roca madre— del “Huascarán” en Ancash, registro climático que cubría los últimos 19.000 años. Luego, igual hicimos en el 2003 —con nuestros colegas peruanos en el “Quelccaya” (Cusco) y también en el nevado “Coropuna” (Arequipa). Nuestro programa de perforación profunda más reciente en el Perú se dio en el 2009, cuando extrajimos dos testigos de hielo —desde la roca madre— del nevado “Hualcán” (Ancash), que miden hasta 195 metros de longitud. Estos son los núcleos más profundos recuperados de los Andes hasta el momento.

¿Con qué instituciones o científicos peruanos ha trabajado Ud. en este proceso?

— Con varios. Empezamos a trabajar con el Instituto Geofísico del Perú en Lima. Luego con el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET), cuando lo dirigía el Ing. Benjamín Morales Arnao, hoy Presidente del INAIGEM. Posteriormente trabajamos —varios años— con Benjamín y el Ing. César Portocarrero en ElectroPerú. Más recientemente, hemos colaborado con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI). También nos hemos beneficiado enormemente con la ayuda de los montañeros peruanos dirigidos por Benjamín Vicencio, con los que tenemos trabajos no sólo en las montañas del Perú, sino también en la Antártida, el “Kilimanjaro” en Tanzania y el “Himalaya” en China.

¿Cuáles son las principales constataciones que Ud. ha logrado en los glaciares y nevados peruanos?

— Los núcleos o testigos de hielo extraídos del “Quelccaya” han dado los más largos registros climáticos anuales resueltos en los trópicos (1.800 años). Y del “Huascarán” procede el núcleo de hielo tropical que cubre la última edad de hielo, hace más de 19.000 años, pero no con todos los registros anuales requeridos. Estos registros han sorprendido no sólo nuestro equipo, sino también al mundo científico en general. Pues, antes de su publicación, nadie creía que esas largas historias podían ser preservadas en los hielos tropicales del Perú. Aunque los núcleos de hielo del “Hualcán” —extraídos en el 2009— son los más largos de Perú, el hielo más antiguo recuperado hasta la fecha es del “Huascarán”.


DESGLACIACIÓN

Muchas gracias, Dr. Thompson. Ahora veamos las principales causas de la desglaciación, porque este proceso es el que más preocupa al Perú.
— El clima de la tierra siempre ha cambiado y, por consiguiente, los glaciares han avanzado y retrocedido en toda la historia planetaria. En los últimos 650.000 años se han producido siete ciclos de avance y retroceso de los glaciares, con un abrupto final en la última edad de hielo, hace unos 11.500 años. Esto marcó el comienzo de la era moderna y el clima propicio para el rápido avance de la civilización humana.

Ajá

— Hay dos mecanismos naturales y no naturales (“forzamientos”) que influyen en el clima de la tierra. Respecto al largo plazo (> 10.000 años), el cambio climático se atribuye a muy pequeñas variaciones en la órbita del planeta, que afectan a la cantidad de energía solar que recibimos. Y en el corto plazo (de años a décadas), los “forzamientos” naturales incluyen —aunque sin limitarse— a la radiación solar, los aerosoles volcánicos en la atmósfera, y la variabilidad interna del sistema acoplado atmósfera-océano (asociada con fenómenos tropicales como “El Niño” y los monzones). También los cambios en la reflectividad (albedo) de la superficie terrestre y el ciclo hidrológico dan lugar a cambios de temperatura de la atmosfera en la superficie del planeta.

¿Y las influencias humanas?

— Los cambios no naturales o antropogénicos en el clima pueden ser causados —entre otros— por las concentraciones de gases con efecto invernadero (CO2, CH4, vapor de agua, etc.) en la atmósfera; por los aerosoles y las partículas de la quema de combustibles fósiles (por ejemplo, sulfatos de carbón), lo que puede causar un enfriamiento atmosférico; y por la quema de biomasa (producción de carbono), que puede causar el calentamiento superficial del planeta.

¿Qué es efecto invernadero, en términos simples? — Es el proceso por el cual la emisión y la absorción de radiación infrarroja por los gases calientan a la atmósfera y la superficie del planeta. Cuando las concentraciones de “gases con efecto invernadero” exceden a los niveles tolerables, generan más calor en la atmósfera inferior. Los científicos especializados del clima —alrededor del 98%— están convencidos de que los recientes aumentos de dichos gases son los principales responsables —aunque no totalmente— del calentamiento actual del planeta; proceso que —obviamente— influye en la desglaciación.


PATÉTICA AGONÍA: Emblemático nevado “Huaytapallana” de Junín, principal fuente hídrica de Huancayo y el valle del Mantaro, extinguiéndose ante un mirador turístico que pronto no tendrá nada que mirar.

INTENSIFICACIÓN

A propósito, ¿más o menos cuándo empezó a hacerse más notable la desglaciación en el mundo?

— Muchos registros climáticos, tanto instrumentales y reconstruidos, muestran que los cambios en los últimos 50 años han sido los más llamativos. En los registros de temperatura globales, 14 de los 15 años más cálidos han ocurrido desde el 2,000.

¿Y en el Perú?

— Habíamos estado monitoreando la capa de hielo del “Quelccaya” desde 1974, pero el primer aviso de la fusión glaciar en la cumbre de aquél lo obtuvimos en 1991. Desde entonces el hielo ha retrocedido y se ha adelgazado dramáticamente. El “Quelccaya” ha perdido ya el 25% de su superficie desde que yo era estudiante de posgrado. Y lo observado en el “Quelccaya” también se está dando en todo el mundo, como reflejo del calentamiento global reciente. En general, la pérdida de hielo se está acelerando no sólo en los glaciares de montaña, sino también en Groenlandia y la Antártida; aunque con ritmos diferentes.

¿Cuáles son los casos más patéticos?

— ¡Ufff!... Hoy el 100% de los glaciares de la cordillera “Brooks” en Alaska y el 98% de los glaciares en el sureste de Alaska están en franco retiro. También en el “Himalaya” y en la meseta tibetana, donde hay más de 36.000 glaciares, el 95% de los menores está disminuyendo. En los Alpes más del 99% de los glaciares se está derritiendo, y se estima que de los 5.000 glaciares de esa cadena, el 50% desaparecerá en los próximos 20 años. En general, casi todos los glaciares tropicales de los que tenemos datos están retrocediendo. Entre éstos están los del Perú.

¿Se da lo contrario?

— Poquísimos glaciares están creciendo. Por ejemplo, en las montañas del “Karakorum” en Pakistán y la India, en parte debido al aumento de las nevadas. Pero son únicamente excepciones.


EXTINCIÓN

— Según el ritmo actual de este proceso, ¿en cuánto tiempo más podrían desaparecer los glaciares y nevados?
— Depende de la ubicación, la altitud y la acumulación de cada glaciar. Los glaciares en las elevaciones más bajas y las áreas más cálidas desaparecerán primero. El resto durará algún tiempo más. Varios glaciares más pequeños del Perú podrían desaparecer durante el actual Fenómeno “El Niño”, sobre todo si éste se intensifica. Y una vez que desaparezca cualquier glaciar, no se regenerará en las actuales condiciones climáticas.



QUÉ HACER


¿Qué sucederá entonces con el ecosistema y la economía de las regiones y los países más afectados?

— Estremece imaginarlo. Muchas poblaciones rurales y urbanas en las regiones montañosas y desérticas dependen del deshielo de los glaciares, sobre todo en la estación seca. Los glaciares son como “seguros de la naturaleza” para el suministro de agua durante el estiaje y los períodos de sequía. Por ejemplo, en el Perú más de la mitad de la población vive a lo largo de la costa árida. Aquí los glaciares andinos proporcionan agua para consumo humano, riego y energía hidroeléctrica. Entonces, si los glaciares se derriten, sería un gran drama para toda la gente, sobre todo para ciudades como Lima.

¿Existe alguna posibilidad científica o tecnológica para salvar a los hielos?

— En algunos casos, la geoingeniería está tratando de disminuir la velocidad del retroceso glaciar, por ejemplo mediante coberturas de aserrín, paja o lonas blancas sobre las masas de hielo, como ha hecho nuestro amigo Benjamín Morales Arnao en dos glaciares de Ancash. Son ensayos interesantes, pero sólo en pequeño. En el marco grande, no son soluciones. El hecho es que muchos de los glaciares tropicales del planeta desaparecerán en los próximos 100 años. Entonces, como seres humanos responsables, debemos procurar el manejo más eficiente posible del agua en todos los frentes y adaptarnos creativamente al entorno cambiante. Esto tenemos que hacerlo hoy, que mañana será tarde.


INAIGEM

Dentro de este contexto, ¿qué opinión le merece la creación del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) en el Perú?

— Ha sido un gran acierto, incluso para formar profesionales jóvenes en glaciología y sostenibilidad, y asegurarles empleos dignos. En el pasado, la Universidad Estatal de Ohio proporcionó un fondo para capacitar a jóvenes peruanos, como William Tamayo Alegre. Sin embargo, William regresó a Perú y se convirtió en planificador urbano, porque no había trabajo en glaciología. Es determinante que el Perú tenga profesionales especializados para supervisar sus glaciares y estudiar los impactos del cambio climático en los mismos y los ecosistemas de montaña, con el fin de orientar al gobierno y el público en general sobre cómo adaptarse a ese proceso.

¿Cómo debería trabajar —interna y externamente— el INAIGEM para que su papel sea eficaz y eficiente?

— Cumpliendo rigurosamente el papel que le corresponde: investigar y compartir sus resultados. En el plano nacional, los institutos de investigación como el INAIGEM pueden hacer contribuciones invalorables a la conciencia pública y la dación de políticas eficaces, para hacer frente a problemas internos. Y en escala internacional, el INAIGEM puede acceder y aportar a la experiencia global, a la vez de beneficiarse de la cooperación internacional, para resolver problemas —a menudo comunes— entre los diferentes países. Pues ante el cambio climático global, todos compartimos un destino común. Por consiguiente, es fundamental que todos trabajemos juntos para encontrar soluciones compartidas.


CONSEJOS
Por último, Dr. Thompson, ¿qué nos aconsejaría a los peruanos acerca de nuestros nevados y glaciares, considerando —principalmente— que ahí están las grandes reservas de agua dulce que nos proporcionan el 70% de lo que requerimos en el largo período de estiaje (mayo-diciembre)?

— Básicamente, tomar conciencia de esta realidad dramática. Es apremiante adoptar medidas prácticas para prepararse y adaptarse a las consecuencias de la desaparición de los glaciares. Por ejemplo: repensar el precio del suministro de agua en las zonas urbanas, virar hacia una agricultura menos exigente en riego, construir embalses y obras afines en las tierras altas e ir cambiando la principal fuente (hidroeléctrica) de generación de energía. Ciertamente, la energía solar es una gran opción para el Perú, especialmente en el Altiplano seco. Por último, el Perú debería aprender de los conocimientos y experiencias de quienes —por vivir en los Andes— han sabido adaptarse a los cambios ambientales desde hace miles de años-


Fuente Original: Revista Agronoticias

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