El agua es la sangre de la tierra
Autor: Alfons Broeks
Correo electronico: alfons.broeks@gmail.com
La cosmovisión andina precolombina considera la Madre Tierra, Pachamama o Allpa Mama como un ser vivo. Defiendo la idea que esta visión se basa en preceptos científicos válidos. El titular es uno de estos preceptos. Orienta directamente la gestión del agua y el rol que debe jugar en las respuestas al Cambio Climático. Esto no significa que la idea tenga hoy la fuerza que nuestra respuesta al cambio climático requiera. El reto es demostrar que conviene trabajar con el agua como sangre de la tierra. Surge una pregunta: ¿Qué relación entre ciencia y sistemas de conocimiento indígena es recomendable?.
Estandar AWS Las Naciones Unidas han definido que pueblo indígena no es algo definible. No obstante, hay consenso que la acumulación histórica de conocimiento y haberlo practicado, haciendo una valiosa cultura, es una característica fundamental de un pueblo indígena. Propongo una definición simple de conocimiento indígena: es simplemente todo lo que poblaciones de carácter indígena saben hoy en día. Por eso es algo ancestral y contemporánea a la vez. Es un patrimonio dinámico más amplio que los conocimientos locales y es importante reconocer esto. No obstante, el conocimiento indígena amplio y el local comparten un empirismo científico con valores espirituales sobre la Naturaleza y un profundo conocimiento de la ecología local. La pobreza ha hecho que parte de eso se ha debilitado o desaparecido. Los espacios de desarrollo, las fuentes históricas de conocimiento indígena, sus mitos y sus hechos, los líderes intelectuales, espirituales y todos los estudiosos, hombres y mujeres, que promueven la cosmovisión andina precolombina como conocimiento indígena trascienden el espacio local. Los sistemas locales están invitados siempre de conectarse al sistema supralocal de conocimiento indígena.
El empirismo y los preceptos de cosmovisión, construyen un acercamiento al mundo mediante una relación afirmativa entre el humano y la Naturaleza, como entre un niño / niña y su Mamá. En sentido muy abstracto, nace de sabidurías heredadas que entendían que la vida no nace de la materia, sino la materia es generada por la vida. Y la vida orgánica representa diferentes grados de manifestación de la vida: la humana siente, reacciona, recuerda y proyecta, la animal siente, reacciona y recuerda, la vegetal siente y reacciona, la mineral solo siente. A groso modo.
Es la esencia de procesos evolutivos complejos. Esto lo diferencia de la ciencia, que cree mucho en la palabra y tiene un culto a la duda científica, nacida entre otras de la lucha por la libertad ideológica y filosófica, que era y sigue siendo una necesidad en las culturas boreales dominantes. El balance entre lo empírico y teórico es distinto entre los dos sistemas cognitivos. Tal vez la ciencia no reconozca, que el empirismo andino es sumamente inteligente por haberse formado en la enorme variabilidad y diversidad del medio y contiene el seguro que elimina el riesgo de asfixia intelectual que el predominio de una idea sobre la Madre Tierra podría hacernos suponer. La Madre Tierra no impide la abstracción científica, ni la interacción con otros sistemas de conocimiento. No hay contradicción, hay sistemas cognitivos diferentes. Defiendo la idea que la interacción entre ciencia y conocimiento indígena tiene que caminar con dos piernas: la pierna del contraste y la pierna de la complementariedad.
El contraste es necesario para respetar las innegables diferencias de cosmovisión. La complementariedad es necesario para el intercambio de información y métodos que ambos produzcan y utilizan. No hay argumento alguno para impedir el intercambio de información y métodos, según se considere útil. Tampoco es censurable que personas se desarrollen en ambos (u otros) sistemas de conocimiento. Pero tampoco sería necesario hacer eso para avanzar y crecer. El intercambio es realizable en los puentes que se construyan entre ambos.
Este discurso parece ser teórico, tal vez algunos colegas suspiren y surja por eso la pregunta: ¿Necesitamos más teoría o debemos dedicarnos a la práctica?
Mucha gente ya dio la respuesta. Dando algunos ejemplos, porque la lista es significativamente más larga: riego tecnificado en costa y sierra; rehabilitación de waru waru; construcción de reservorios familiares y comunitarios para uso integrado o separado de riego y agua de consumo; rehabilitación de terrazas para la captación y uso eficiente de agua; rescate de tecnologías precolombinas diversas para captación, conservación, uso, manejo de agua; incorporación de infraestructura y gestión campesina en los sistemas hídricos de pequeñas y medianas centrales hidro-eléctricas andinas; el sinnúmero de actividades de agricultura ecológica, orgánica y otros enfoques que apuntan a recuperar la calidad de la tierra para retener mejor el agua y producir lo óptimo; el desarrollo de energía de fuentes renovables. Comprendo a los hacedores contestando: NO. Ellos hablan menos y simplemente devuelven la sangre a la tierra en lugares donde perdió el equilibrio hídrico o dotan de sangre donde existan condiciones para mejorar la confluencia de las fuerzas vitales. Incrementando el factor agua, crean manifestación de la vida. Esto les permite replicar y profundizar empíricamente los conocimientos acerca kausay (vida, haca) y las kallpakuna (fuerzas, ch’amanaka): allpa (tierra, lakka), unu o yaku (agua, uma), wayra (aire, thaya), nina (fuego, nina). La formación ingenieril hace responsable y apunta inmediatamente algunas propuestas tecnológicas y legales en la agenda contemporánea:
Carreteras con huella hídrica cero o positiva. Hoy en día las carreteras están mal diseñadas y ejecutadas. Impiden la circulación óptima de la sangre a todas las células del cuerpo de la Madre de Tierra. Todos sabemos que la cuenca tiene una resistencia que regula el flujo desde la precipitación hacia el mar o altiplano interandino. Las carreteras reducen la resistencia hidráulica, incrementan el flujo superficial y erosivo en los pocos meses que llueve, reducen la infiltración, causan un nivel de desertificación, notorio en la estación seca. La escasa red hidrométrica lo afirma después de 30 años de mediciones, pero los efectos locales son inmediatos y negativos. Desequilibran humedales locales. Solución: gastar algo más, aplicar principios de ingeniería civil inca a las carreteras, hacer que cosechen agua y conserven los preciosos suelos, como Ley. Requisito legal y técnica de recompensación hídrica ex-ante de todo proyecto minero. La tierra en su lugar es el principal reservorio de agua dulce. La tierra es como carne muscular que requiere sangre circulante para ser vivo. Antes de explotar, mínimamente el doble del aprox. 30% de volumen de tierra que se va remover debe almacenarse como agua en lagunas (semi-) naturales en altura. Una proporción menor a 50% será manejada por la mina en sistemas hídricas cerradas. La otra proporción se debe destinar a los sistemas ecológicos y agropecuarios en la zona. La minería debe ser de mucho menor escala en zonas frágiles de montaña y debe inscribirse en los planes de desarrollo agropecuario, ecológico y turístico de largo plazo y no al revés. Obviemos la mentira tendida que los ecologistas serían antimineros por principio. Algunos lo son, pero por empirismo. Los pasivos ambientales son recuerdos que duran. Reitero mi posición que las principales dificultades, generalmente superables, de la minería son: desconexión del saber precolombino minero, falta de planificación seria dentro de planes territoriales concertados, no incluir la inclusión de mitigación ambiental y social total desde el inicio, el manejo irresponsable de cobertura vegetal, suelos y la excesiva escala de ciertos proyectos mineros. Revolución de los sistemas de saneamiento básico. No tiene sentido contaminar el agua para luego gastar en purificarlo. Las ciudades precolombinas no tenían alcantarillado para aguas servidas. No lo necesitaban. No había aguas servidas. El agua era una fuerza divina que no se contaminaba. Solo había drenes para exceso de agua, que se purificaba in situ por la tierra, como filtro natural. Toda agua usada se devolvía a la tierra, aplicando cal si fuese conveniente. Es la manera de articular la huella hídrica a la huella carbónica. Propuesta : en 25 años prohibición total del uso del agua como botadero de basura y material orgánico. Toda basura reciclado, todo material orgánica (mercados, domicilios, etc.) transformado en abono para regenerar suelos que fijan CO2 y producen calidad de vida. Hoteles en Singapur ya ensayan con el baño seco en escala. ¿Necesitamos cambio de paradigma para mitigar el Calentamiento Global? Claro que no. En cualquier paradigma existe el Calentamiento Global. La ciencia ha comprobado que hay un factor humano del calentamiento global, causante del incremento de gases invernadero (CO2 y otros), básicamente por combustión de hidrocarburos fósiles y cambios en el uso de la tierra.
El Conocimiento Indígena no lo niega, ve los nevados derritiéndose además, quizá lo explique con sabidurías diferentes. Estando con 50 personas en una habitación pequeña con la calefacción en alta y solo una pequeña ventana de ventilación, de hecho el calentamiento continuará y eso es lo que sucede. No hablemos de reducir emisiones. Las emisiones de CO2 son necesarias y naturales de los sistemas ecológicos. Hablemos con claridad científica, con palabras precisas. Hablemos de reducir la combustión insostenible. La ciencia NO necesita del Conocimiento Indígena ni para reconocer, ni para resolver el Calentamiento Global por Efecto Invernadero, un problema causada por ella misma. La solución es posible y URGENTE: cambiar drásticamente a fuentes energéticas alternativas. Aún así, el efecto invernadero ya causado tendrá aún larga duración, la acidificación de los océanos es muy grave, varias especies no tienen la velocidad de adaptación requerida para los cambios que aún se vendrían dando. Cambiemos ya.
Resolver el otro problema causante del incremento de los GEI; el cambio del uso del suelo, solo es posible mediante una gestión radicalmente distinta del agua y los ecosistemas hídricos. Debemos mantener o incrementar la humedad natural en todo ecosistema y empezar a retener lo que se perdió. Hace décadas que en Europa ya vieron su error y devuelven ríos enteros que fueron canalizados a sus cauces naturales. En el caso del Per, se debe recuperar además de ampliar las lagunas y cochas semi-naturales en las partes altas, medias y bajas como sistema sofisticadamente articulado; concertar con las comunidades la sectorización rotatoria de pastos para que tengan mayor potencial de retención hídrica y productiva; rehabilitar la mayor cantidad posible de terrazas y andenes; convertir en abonos todo material orgánico e integrarlo a los suelos; acondicionar toda carretera para que tengan huella hídrica positiva (cosecha de agua para estación seca) todo esto financiado por la producción misma, el canon minero, el IGV, etc.
¿Necesitamos el Conocimiento Indígena para lograr el proyecto de medio ambiente sostenible? El cambio climático se enfoca con razón en el calentamiento global. Pero la depredación de la tierra nace de un extractivismo vinculado a una contaminación que no se logrará corregir sin un cambio de actitud de fondo. Ese cambio es la convivencia armoniosa consciente del individuo y con la colectividad con la Madre Tierra, el cual requiere del Conocimiento Indígena para convertir esta bonita idea en una práctica de manejo de las fuerzas vitales. Ganas de pensar con las manos y trabajar con el cerebrito. Uso profundamente responsable del Fuego. El manejo se basa en respeto, experimento sistemático, conocimiento de la naturaleza de materia y espíritu, aceptación de la ciclicidad, variabilidad y manejo de la (agro)biodiversidad. Requiere de la articulación de la huella hídrica, carbónica, y más aún agua limpia, porque el agua es la sangre de la Madre de Tierra.
Fuente: http://www.iproga.org.pe/articulos/sangretierra.html
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