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Cambio climático: una perspectiva de Tierra y Agua

Tipología de los impactos del cambio climático y opciones de respuesta para la gestión del agua para la agricultura en los sistemas agrícolas seleccionados
Un mapa interactivo que muestra la tipología de los impactos del cambio climático y opciones de respuesta para la gestión del agua para la agricultura en los sistemas agrícolas seleccionados de todo el mundo.

mapa interactivo

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El monitoreo, el desarrollo de capacidades y el aprendizaje para la mejora a menudo se tratan como procesos separados. Al vincular el monitoreo con el desarrollo y la capacidad de aprendizaje, podemos tomar medidas para mejorar.

Hay una clara necesidad de fortalecer un seguimiento conjunto permanente y asegurarse de que contribuye a la construcción de las capacidades de los actores del sector para garantizar que el agua y los servicios de saneamiento continúan trabajando y llegan a todos.

La sesión que organizamos el mes pasado en el simposio UNESCO-IHE brindó la oportunidad de reflexionar sobre los posibles vínculos entre el seguimiento, el aprendizaje y el desarrollo de capacidades. Nos fijamos en la experiencia de desarrollar un sistema en todo el país para vigilar el abastecimiento de agua rural en Uganda y en Honduras.

En el curso de 10-años, Uganda ha desarrollado un sistema de monitoreo que se alimenta de la planificación, la coordinación y el desarrollo de capacidades

En Honduras, el sistema sigue siendo un trabajo en progreso, pero ya hay evidencia de aprendizaje, desarrollo de la capacidad y mejor soporte post construcción, todos esenciales para mantener el agua fluyendo.

¿Cómo contribuye el seguimiento WASH a la construcción de las capacidades del sector y la mejora de la prestación de servicios?

Ambos casos demuestran el potencial para la mejora de la vigilancia del sector. Una mejor prestación de servicios requiere que la gente aprenda sistemáticamente sobre lo que funciona y lo que no, para poder mejorar. Apoyar la capacidad para que puedan hacer mejor su trabajo, también es crucial.

En el Simposio de IRC en abril de este año surgieron una serie de lecciones acerca del monitoreo:

El monitoreo es:
un medio para lograr un fin, no un fin en sí mismo: Se trata de permitir a las personas tomar medidas que garanticen que los servicios de agua y saneamiento llegan a todos y duran para siempre
un proceso. En el desarrollo de un sistema de seguimiento, es necesario construir sobre capacidades existentes y considerar los recursos necesarios,

El monitoreo require:
cooperación y confianza entre una amplia gama de grupos de interés y la confianza para apoyar reflexiones críticas,
Transparencia y compromiso para cambiar

No hay ninguna solución de monitoreo que sirva para todos
Se necesitan flexibilidad y realismo

Desarrollo de capacidades: ambos requisito y resultado de monitoreo

El proceso de recopilación, reflexión sistemática y análisis conjunto requiere capacidades y si ha sido bien facilitada puede capacitar a las personas para que sean más competentes en el análisis y la presentación de los datos, más articulada al comunicar esta información y al defender la acción. Los grupos comunitarios también pueden utilizar el monitoreo para responsabilizar a los proveedores y a los políticos sobre sus prioridades de inversión. En Uganda y en honduras los comentarios de los usuarios están incluidos en el sistema de monitoreo.

Los casos de Honduras y Uganda muestran que el monitoreo de prestación de servicios WASH tiene potencial para fortalecer la capacidad en el sector:
mejor orientación de apoyo posterior a la construcción para que instalaciones construidas sigan en funcionamiento.
desarrollo de políticas y estrategias, basadas en pruebas sólidas, buenas prácticas e innovaciones


Las necesidades de capacidad pueden ser identificadas para cada paso en el proceso de monitoreo, desde decidir qué y cómo medir, hasta la recogida de datos y el uso de estos para la acción.

Aprendiendo sobre los trayectos de monitoreo viajados por otros.

Los efectos del monitoreo de la prestación de servicios WASH varía tanto como el número de actores involucrados. Diferentes países tienen diferentes formas de trabajar, pero existe la posibilidad de aprender unos de otros.

Lecciones claves

Lecciones claves sobre el desarrollo de un sistema de vigilancia a escala nacional son:
Construir sobre los sistemas y prácticas de vigilancia existentes aunque incompletas/ imperfectas.
Mantener el seguimiento simple, relevante y orientado a la acción; Desarrollar un sistema que sea realista dado las capacidades existentes y sistemas de monitoreo.
Considerar cómo fluye la información: comentarios de los usuarios sobre la prestación de servicios, presentación de resultados del monitoreo en formatos que se puedan entender, acceder y utilizar.
Descentralizar la mayoría de los pasos del seguimiento – Asegurar el apoyo a los gobiernos locales en la implementación del sistema de monitoreo y dar sentido a los datos.
Asignar responsabilidades para la implementación y para la financiación de un monitoreo continuo
Evaluar las necesidades de capacitación y el plan de apoyo a la creación de capacidad necesaria

Experiencias bien documentadas de países como Uganda y Honduras son sin duda un recurso útil para otros países que están en proceso de desarrollo de los sistemas de vigilancia nacionales.

En América Latina, IRC ha apoyado y escrito sobre el proceso de desarrollo de indicadores para el seguimiento de la sostenibilidad de los servicios rurales de WASH y la definición de los arreglos institucionales para el monitoreo en El Salvador, Honduras y Paraguay. En Ghana, IRC ha estado trabajando con la Community Water and Sanitation Agency (CWSA) para monitorear la prestación de servicios sostenibles de agua.

El simposio del IRC generó muchos otros estudios y ayudó a aclarar lecciones, desafíos e interrogantes pendientes en torno al seguimiento de la sostenibilidad de los servicios de agua y saneamiento.

Y además de los documentos, está claro que las conversaciones nos pueden ayudar a aprender los unos de los otros. Nuestra sesión fue demasiado corta para entrar en el quid de la cuestión. Un grupo de discusión sobre el monitoreo de las aguas del sector nacional ofrece más oportunidades para la continuación del diálogo on-line y el intercambio de lecciones. ¡Compruébelo usted mismo! www.dgroups.org/rwsn

 



 
 



Resumen ejecutivo

El objetivo general de este trabajo consiste en apoyar un programa de desarrollo de capacidades para la integridad del agua en América Latina. Un mapeo y una breve evaluación de los procesos relacionados con la integridad, transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas (accountability) en el sector del agua proporcionará un punto de entrada al tema, así como la identificación de socios potenciales. El mapeo de los procesos en curso, los actores relevantes y sus capacidades, debe ser visto como un primer paso hacia el desarrollo de un programa de desarrollo de capacidades para la integridad y transparencia en la región.


El informe regional fue realizado a partir de un equipo de autores que escribieron casos a nivel nacional en 8 países de la región:

Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Los casos a nivel nacional presentan una descripción de cómo la integridad, la responsabilidad, la rendición de cuentas (accountability), y la transparencia se están promoviendo en todos los componentes relevantes del sector del agua. Así mismo, los casos también ofrecen un acercamiento a las organizaciones del sector, y otras, que están trabajando activamente las temáticas de integridad y transparencia.

Tanto los casos como el presente informe regional se basan en un enfoque positivo y de oportunidades, procurando identificar los puntos de entrada para el desarrollo de capacidades para la integridad y la transparencia en la gestión del agua. El sector del agua en muchos países de la región se caracteriza
por intervenciones estatales sectoriales – si es que existen. Esto es, que cada organismo público tiene una mirada propia y atribuciones particulares, lo que produce descoordinación institucional.

Por otro lado, encontramos países que han regulado en forma eficiente el sector, pero fallan en la etapa de implementación de los modelos. De aquí que la calidad institucional en la gestión del agua sea relativamente baja.

De los casos de estudio presentados, en mayor o menor medida, se observa que los países de la región han incorporado progresivamente los instrumentos internacionales de promoción de la integridad, pero al contrario de lo que se podría esperar, los niveles de percepción de corrupción son inversamente proporcionales a ese esfuerzo.

A partir de los casos de estudio de este trabajo resalta la baja sensibilización o conciencia que se tiene del problema de forma transversal en los países estudiados, donde, salvo escasas excepciones, el sector del agua no tiene particular relevancia en la lucha contra la corrupción.

De lo anterior se sigue que un área fértil para la lucha contra la corrupción en el sector del agua es la instalación de la preocupación en todos los niveles sociales. Esto implica la sensibilización de los
grupos tomadores de decisión (entes encargados de la política pública y reguladores), por la vía de la promoción (advocacy) de la integridad y la capacitación. Esta oportunidad debe ser extendida hacia otros grupos relevantes como empresas públicas y privadas, grupos de consumidores, organizaciones no gubernamentales que trabajen en el área de la promoción de la integridad. El mismo esfuerzo debe ser puesto en los organismos multilaterales que se involucran en el sector mediante préstamos (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial y Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), puesto que si estos organismos pueden adoptar mecanismos uniformes de promoción y lucha en integridad significará una capa normativa y política adicional a la estrategia de control de la corrupción.

El proceso de sensibilización debe culminar con la adopción de compromisos públicos en los instrumentos de gestión sectorial, como el reconocimiento de principios que guíen la acción pública en instrumentos como las políticas nacionales de recursos hídricos, pactos de integridad, etc. En términos de sectores involucrados, la lucha contra la corrupción debe ser instalada en los sectores de agua potable y saneamiento, hidroenergía, riego y gestión ambiental. Todos ellos tienen influencia en el uso del agua en diversos grados y son igualmente proclives a la falta de integridad. Las empresas privadas deben ser incorporadas en este esfuerzo, pues la corrupción impone sobrecostos que disminuyen su competitividad (en el supuesto que deseen ser competitivas y la corrupción no les granjeé ventajas mayores). En materia legal, como hemos visto, los países de la región han ido incrementalmente adoptado instrumentos internacionales de lucha contra la corrupción. Adicionalmente, la mayoría de ellos ha incorporado normas sobre gobernabilidad (transparencia, participación, rendición de cuentas y acceso a la justicia), y adoptado a la gestión integrada de recursos hídricos como modelo de manejo de los mismos. Con todo, el nivel de implementación es dispar, por lo que en aquellos países en que la “cáscara” de gobernabilidad está presente suele resultar solo un efecto “cosmético” de compro miso. Este efecto es extremadamente dañino, pues transforma la lucha contra la corrupción en un discurso vacío de real impacto, generando desafectación por el mismo entre quienes buscan erradicar el flagelo de la corrupción. De aquí surge la necesidad de intervenir no solo en la promoción y adopción de normas contra la corrupción, sino que además se debe idear un mecanismo de
seguimiento de los procesos de implementación, como por ejemplo auditorías y comparaciones entre instituciones implementadoras (benchmark).

Si se toman los casos de estudio como una muestra más o menos representativa de lo que sucede en América Latina es posible concluir que la región es un campo fértil para la promoción de la integridad en el sector del agua, no solo como una posición ética sino que también como una herramienta que permita mejorar el desempeño de la gestión del agua a nivel particular en cada uso del agua sea local, nacional y regional. A fin de optimizar las oportunidades identificadas en los 8 casos de estudio, se evidencia la pronta necesidad de apoyar fuertes procesos de desarrollo de capacidades, incluyendo desarrollos en los niveles de política pública y normatividad. En cuanto al desarrollo de capacidades, habría que tener en cuenta:

1. Impulsar la capacitación en gestión integrada de recursos hídricos, incluyendo la dimensión de la integridad, en todos los niveles y sectores, siendo que la GIRH se constituye en una ventana de oportunidad para la gobernabilidad y la integridad del agua en la región.

2. Trabajo con sindicatos, organismos no gubernamentales, universidades para generar capacidades propias de control ciudadano de la corrupción y hacer responsables a los funcionarios públicos que se aparten de la ética de la integridad.

3. Realizar jornadas de capacitación a los Poderes Judiciales y las unidades especiales sobre las particularidades de los delitos funcionarios que se relacionen con la corrupción en el sector hídrico.

4. Promover el encuentro de la mayor cantidad de sectores nacionales relacionados con el agua de modo de producir una visión compartida de cuáles son las medidas aquí recomendadas (y otras) que urgen ser adoptadas, y así priorizar la acción de integridad conforme a cada realidad nacional.

Objetivo

El objetivo general de este trabajo consiste en apoyar un programa de desarrollo de capacidades para la integridad del agua en América Latina. Un mapeo y una breve evaluación de los procesos relacionados con la integridad, transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas (accountability) en el sector del agua proporcionará un punto de entrada al tema, así como la identificación de socios potenciales. El mapeo de los procesos en curso, los actores relevantes y sus capacidades, debe ser visto como un primer paso hacia el desarrollo de un programa de desarrollo de capacidades para la integridad y transparencia en la región.


Metodología

El informe regional fue realizado a partir de un equipo de autores que escribieron casos a nivel nacional en 8 países de la región:

1. Argentina: Amando Llop

2. Brasil: Daniela Nogueria

3. Colombia: Pilar García

4. Costa Rica: Lilliana Arrieta

5. México: Alejandro Tonatiuh Romero Contreras, Marta García Galván, Carlos Díaz Delgado

6. Perú: Mourik Bueno de Mezquita

7. Uruguay: Gabriela Pignataro

8. Venezuela: Diego Díaz Martin

La estrategia de elaborar de este informe regional dentro del marco de trabajo de LA-WETnet fue elegida como mecanismo para facilitar la apropiación local, la capacidad de respuesta la demanda, el acceso y uso del conocimiento local y el acceso a los grupos de interés y las instituciones que deberían formar parte en un plan de desarrollo de la capacidades en la región.

La selección de estos 8 países que forman parte del informe regional responde a: i) las demandas e interés demostrado por los miembros de LA-WETnet a nivel de país para participar en este desarrollo; ii) la representación equilibrada y la cobertura a nivel regional para toda América Latina; iii) la pertinencia temática y la capacidad de reproducción y liderar un proceso de desarrollo de capacidades La selección de los países tuvo en cuenta:

• Los países más grandes como Argentina, Brasil, y México, que cuentan con redes de desarrollo de capacidades a nivel país: ArgCap-Net, Cap-Net Brasil, y REMERH.

• Costa Rica en América Central, país en dónde está basada el Secretariado de REDICA, y teniendo en consideración que Costa Rica es reconocida como país altamente desarrollado en términos de las prácticas democráticas y la protección del medio ambiente en América Latina y las lecciones en este sentido pueden ser compartidas en toda la región como herramienta de aprendizaje.

• Uruguay como país de menor tamaño en el Cono Sur. Uruguay presenta un caso interesante basado en el plebiscito libre de consultar a la población sobre los problemas del agua en donde el 64% de la población votó a favor de considerar el agua como un derecho humano y para mantener el suministro de agua en áreas públicas. Este proceso participativo realizado en el 2004 fue único en su tipo en la región.

• Perú y Colombia como países andinos. Los miembros de LA-WETnet en Perú (Centro Bartolomé de las Casas) y Colombia(Universidad Externado) están profundamente involucrados en la creación de capacidades para la GIRH, incluyendo temas como la integridad del agua y enfoque de derechos humanos.

• Venezuela , un país que presenta un interesante proceso de gobernabilidad del agua dado por las reformas políticas que tiendan a una mayor centralización, mientras que otras leyes e instituciones del agua tienen temas pendientes (como sus reglamentos) y muestran contradicciones con esta tendencia de centralización.

Como parte del desarrollo de este informe se realizó un encuentro de trabajo en la Universidad Externado de Colombia, del 15 al 17 de mayo de 2013, con los siguientes objetivos:

• Presentar los avances de los 8 casos de estudio nacionales
• Conocer experiencias relacionadas con procesos y proyectos sobre integridad del agua
• Identificar a los grupos meta, temas centrales, y socios potenciales para un plan de acción sobre integridad del agua en América Latina
• Revisar el manual sobre integridad del agua de Cap-Net, SIWI, WIN, WaterNet e identificar aspectos que deban ser adaptados para su mayor relevancia en América Latina
• Iniciar el diseño de un plan regional de desarrollo de capacidades para la integridad del agua en América Latina

Enfoque

Los casos a nivel nacional presentan una descripción de cómo la integridad, la responsabilidad, la rendición de cuentas (accountability), y la transparencia se están promoviendo en todos los componentes relevantes del sector del agua, tales como proyectos de infraestructura, adquisiciones y contrataciones, suministro de agua y saneamiento, gestión de recursos hídricos, organizaciones de cuenca, y otras áreas relevantes.

Así mismo, los casos también ofrecen un acercamiento a las organizaciones del sector, y otras, que no están directamente percibidas como organizaciones del sector del agua, que estén trabajando activamente las temáticas de integridad y transparencia. Tanto los casos como el presente informe regional se basan en un enfoque positivo y de oportunidades, procurando identificar los puntos de entrada para el desarrollo de capacidades para la integridad y la transparencia en la gestión del agua. El informe no pretende ni tiene como objetivos denunciar espacios, prácticas, o niveles de corrupción, sino describir el escenario regional destacando los aspectos favorables, las instituciones, mecanismos, y grupos de interés que están posicionadas para contribuir a una mayor transparencia



Acceso al agua, cuando las fuerzas se unen

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Autor: Roberto Scherbosky


Resumen comentado:

En desarrollo rural, muchos temas esenciales, como el acceso al agua, suelen ser tratados de forma general, con diagnósticos y propuestas de políticas a través de datos estadísticos y técnicos. Se obtienen así documentos sesudos e importantes, pero la gente es invisible. En el presente artículo, el autor da vuelta al razonamiento y, poniendo a la gente en primer plano, nos cuenta la forma en que comunidades del pueblo Huarpe llevaron adelante un proceso acotado geográfica y temáticamente que logró reunir los esfuerzos de la población y las autoridades obteniendo resultados tangibles. Quien gana, es la gente.


El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, ratificando el hecho de que el acceso a estos dos servicios es esencial para la realización de todos los derechos humanos.

Esta Declaración situó en la agenda pública del Estado Argentino el mandato de abordar la problemática de falta de acceso al agua, tomando en cuenta que es más difícil el cumplimiento de esta tarea en zonas rurales alejadas de las principales obras e infraestructura destinadas a la provisión del líquido elemento.

Durante estos últimos años, salvo periodos de excepción, en la República Argentina se tomaron decisiones políticas que ocasionaron perjuicio para los pobladores del árido, pero que beneficiaron a grupos de poder. Así ocurrió, por ejemplo, con el caso de los diferimientos impositivos que permitieron ejecutar grandes tomas de agua para abastecer a los denominados mega emprendimientos agrícolas, afectando en muchos casos áreas de bosques nativos, que luego fueron abandonados para no dar cumplimiento a las correspondientes obligaciones fiscales.

Sin embargo, durante el mandato presidencial de Néstor Kirchner se implementaron una serie de acciones al respecto, que si bien no han resuelto todos los problemas inherentes a la falta de acceso al agua potable, lograron generar herramientas institucionales que abren un camino en esa dirección y se van profundizando con las gestiones y el apoyo de algunos organismos de cooperación.

Una experiencia para compartir

A continuación comparto una experiencia desarrollada en las zona áridas del país, donde la problemática de acceso al agua se vio agravada por los efectos del cambio climático y, en algunos casos, como consecuencia de las tareas de represamiento efectuadas en la parte superior de las cuencas, lo que impide la recarga de acuíferos y el curso normal de los ríos aguas abajo.

En la localidad del Encón, departamento 25 de Mayo, ubicado al sureste de la Provincia San Juan, cuatro comunidades del pueblo Huarpe y un grupo de “puesteros” protagonizaron acciones de incidencia y movilización, cuyos primeros resultados son el inicio de algunas soluciones.

El elemento unificador fue la falta de acceso al servicio de agua, carencia por la que las organizaciones locales de cuatro comunidades originarias y una de puesteros criollos lideraron el reclamo que generó las mejoras posteriores.

La zona donde se desarrolló esta experiencia se ubica en el árido rural del departamento 25 de Mayo entre las localidades de Punta del Agua y La Tranca, al sudeste de la provincia San Juan e involucra a 17 pequeñas localidades, siendo la más importante la comunidad El Encón, situada a 82 kilómetros de la cabecera departamental Villa Santa Rosa, que abarca una superficie aproximada de 220.000 has.

La cuenca del río San Juan es la principal fuente de recursos hídricos de la provincia del mismo nombre, está en el sector centro sud occidental traspasando el límite interprovincial y abarca un pequeño sector del norte de la vecina provincia de Mendoza.

Esta cuenca posee una superficie aproximada de 38.462 km2, lo que aproximadamente el 45 por ciento de la superficie de la provincia. El río San Juan es la principal fuente de la cuenca que fluye de oeste a este y nace por la confluencia del río Castaño, desde el norte y Los Patos, desde el sur e irriga la mayor superficie de hectáreas útiles, casi el 75 por ciento en el Valle del Tulún (área de influencia del Gran San Juan), 4.5% en el valle de Calingasta y 3.5 % en Ullún-Zonda. Al emplazarse en una zona montañosa, los recursos hídricos subterráneos del territorio producen la carga de los acuíferos en su mayoría en las zonas de los valles, formando cuencas de agua subterránea.

Por otro lado, el río Huaco en el departamento Jáchal y el río Valle Fértil, en el departamento que lleva el mismo nombre, también son de gran importancia para la población del sector. La provincia también cuenta con varios arroyos que son cursos de montaña de fuerte pendiente. Entre los más importantes están los arroyos Agua Negra, Agua Blanca, Iglesia, Ojos de Agua, Las Hornillas y el arroyo Los Tapones, entre otros.

Población, demandas y organizaciones

La población del departamento 25 de Mayo está concentrada en poblados heterogéneamente dispersos en el secano, es decir en puestos cuya distancia promedio entre sí es de 10 kilómetros aproximadamente, equivalentes a unas tres horas de caminata si las condiciones climáticas y los accidentes del terreno lo permiten, ya que en la zona abundan guadales, médanos y montes, donde vive la mayoría de la población. Por tanto, la dificultad de acceso por las vías del sector, la falta de transporte público y el mal estado de los caminos agravan la situación de los pobladores.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, con base en el Censo 2012, el departamento de 25 de Mayo tiene una población de 17.224 personas y en la zona del Encón la población asciende a 455 habitantes, entre criollos y comunidades de pueblos originarios, de los cuales el 52% son mujeres y el 48% varones. En su mayoría son agricultores familiares con escaso o ningún nivel de manejo de capital, dedicados a la crianza de ganado caprino y a la producción artesanal como sus principales actividades económicas.

Las organizaciones involucradas de forma activa en la experiencia fueron la Comunidad Huarpe de Salvador Talquenca, Comunidades Huarpe de Clara Rosa Guaquinchay, Comunidad Sawa Comunidad Inkanta y la Asociación de Puesteros Ganaderos de 25 de Mayo. Posteriormente se incorporó la Unión Vecinal de Fomento del Encón, producto de una decisión consensuada de los pobladores. Cada una de las organizaciones participó en la toma de decisiones sobre los pasos a seguir en la tarea de lograr soluciones para resolver la falta de agua.

La única fuente de agua disponible para la red actual es un pozo profundo con un canal de 32 kilómetros de longitud, que beneficia a 20 Puestos. Se estima que 40% de los Puestos se provee de agua proveniente de otras zonas y que 25% de los puesteros recibe agua de la Municipalidad mediante el alquiler de un camión bomba (el agua se almacena en piletas) y el 17% restante la obtienen de pozos balde. El 87% de las familias (104) no tiene electricidad, sobre todo las que se encuentran en zonas aisladas y de difícil acceso y las que están ubicadas al sur de la localidad de Encón.

Durante el proceso se realizaron cuatro etapas: La exteriorización del problema conocido, pero muchas veces silenciado, lo que sirvió para que las organizaciones integraran esfuerzos en sus reclamos; la denuncia ante los organismos públicos, en especial ante la Defensoría del Pueblo; la participación activa en la elaboración de proyectos formulados por técnicos y funcionarios del Estado Nacional y de la provincia de San Juan, y la elaboración de reglamentos internos de funcionamiento.

La respuesta

Las organizaciones locales radicaron una denuncia ante la Defensoría del Pueblo de la Provincia de San Juan y este organismo convocó a funcionarios nacionales, provinciales y municipales para propiciar el análisis de posibles soluciones.

Las organizaciones, con asistencia de profesionales del Ministerio de Agricultura elaboraron un proyecto para la adquisición de maquinarias, herramientas y un camión, para proveer el agua potable a los puesteros de la zona, reacondicionar las represas actuales y construir nuevas que permitan acumular el agua de lluvia, realizar perforaciones que sustituyan los pozos balde y asegurar la provisión de agua para consumo del ganado del sector. Las adquisiciones se hicieron con financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social.

Actualmente las organizaciones, con asistencia técnica de los ministerios involucrados, administran el dinero de la cuenta y deciden qué nuevos insumos y equipos se comprarán así como el funcionamiento y la administración del sistema, que fue nuevamente ampliado y reforzado con la compra de una perforadora con capacidad de alcance de 250 metros, además de un camión y una bomba eléctrica.

Para la administración del sistema las mismas organizaciones generaron dos comisiones, una administrativa y otra de ejecución. Además, se logró el compromiso del gobierno nacional para pagar el sueldo a un técnico asistente que coadyuve en esa área y uno para el asesoramiento en la plantación de forrajes en la zona. Ambos funcionarios fueron designados por los caciques de las comunidades y los representantes de las otras organizaciones locales.

Camino a la autogestión

A pesar de que estas acciones constituyen sólo una parte de la solución de los problemas que confronta la población de la zona, es posible afirmar que, por primera vez y gracias a su accionar conjunto, las organizaciones locales lograron una respuesta a sus demandas de parte del Estado, luego de tantos años en que ellos y sus padecimientos fueron invisibles.

Lo más importante a resaltar es el grado de empoderamiento alcanzado por los campesinos y originarios como fruto de estas gestiones. Ahora es posible visualizar un cambio en el camino recorrido, utilizando herramientas institucionales gestadas en la última década en Argentina, lo que marca una clara diferencia con décadas pasadas, con gobiernos alineados con las políticas de exclusión impuestas por el liberalismo económico, cuando se precarizó a los pobladores rurales. Una experiencia que debe ser imitada.



Fuente: Sudamerica Rural

Del potencial hidrológico de los glaciares rocosos







Author: Monnier, Sébastien

En la alta montaña de los Andes áridos y semiáridos de Chile, entre 27° y 35° de latitud sur, los glaciares rocosos (o glaciares de roca) constituyen un elemento mayor del paisaje y de la criósfera. Casi totalmente desconocidos en Chile hace diez años, están hoy día en la mirada de los científicos y de los gestores ambientales, en gran parte por el potencial hidrológico que les podría ser asociado.

Antes de todo, ojo, los glaciares rocosos no son glaciares. Son mezclas de clastos de roca y hielo desplazándose lentamente (de algunos centímetros a algunos metros por año) en condiciones de permafrost, es decir de suelos congelados en permanencia; por lo tanto pertenecen al mundo periglaciar. Aparecen en el paisaje como lenguas de clastos rocosos, de unos centenares a unos miles de metros de largo y de algunas decenas de metros de espesor, que presentan en su superficie formas evocando el flujo de los materiales (lóbulos, cordones y surcos encajados). Desde la superficie, la estructura interna de los glaciares rocosos está generalmente invisible, lo que hace que un profano en la materia no se dudará de la presencia de un suelo congelado conteniendo grandes cantidades de hielo. En efecto, un glaciar rocoso viene compuesto de una capa superficial de algunos metros de espesor de puros clastos, llamada capa activa, que congela durante la temporada invernal y descongela durante la temporada estival, y, debajo de ella, de un núcleo de suelo congelado en permanencia, a dentro de cual el porcentaje de hielo varía, en general, entre 40 y 80%. En torno a la sociedad, los glaciares rocosos constituyen elementos impactantes del patrimonio geomorfológico, testigos de los cambios climáticos por su génesis y su dinámica, y acuíferos. De este último punto, delicado, hablaremos aquí.

Hablar del valor hidrológico de los glaciares rocosos constituye un ejercicio difícil y bastante abstracto. De forma general, el asunto de la estructura interna y en particular del contenido de hielo de los glaciares rocosos representa todavía un dominio de desafío científico – el acceso al interior de los glaciares rocosos requiere métodos muy sofisticados y costosos, y los porcentajes de hielo son capaces de variar considerablemente de un glaciar rocoso a otro pero también de una parte a otra de un mismo glaciar rocoso. De forma más particular, son escasos los estudios sobre la hidrología de los glaciares rocosos y en particular sobre su contribución cuantitativa al caudal de los ríos a la escala de una cuenca. Ahora bien, en numerosos valles de los Andes áridos a semiáridos, la ubicuidad de los glaciares rocosos y su superioridad espacial en comparación de los glaciares llama la atención y cuestiona el rol que podrían tener como proveedores de agua para la sociedad. Por ejemplo, en la cuenca del Río Colorado, en la parte más alta del valle del Elqui (Cuarta Región), son presentes 79 glaciares rocosos, cubriendo 10.8 km2; esta cifra representa 1.8% de la superficie de la cuenca. En comparación, en la misma cuenca, los glaciares y glaciaretes – glaciares de muy pequeño tamaño – cubren 3.1 km2, sea 0.5% de la superficie. Otros valles cercanos, que contienen muchos glaciares rocosos degradados (o inactivos), alcanzan densidades de glaciares rocosos superiores a 5%. Estas cifras en sí mismas pueden parecer pequeñas. En realidad, hay pocos lugares en el mundo dónde los glaciares rocosos ocupan tanto espacio. Con el uso de valores definidos o calculados (porcentaje de hielo promedio, espesor proporcional a la superficie, densidad del hielo), uno puede estimar los volúmenes de agua almacenados en los glaciares rocosos[1]. En la cuenca del Río Colorado mencionada antes, los 79 glaciares rocosos, si tuviesen un contenido promedio de hielo de 50%, contendrían en su conjunto 195 millones de metros cúbicos (m3) de agua. Por comparación, este volumen representa aproximadamente 5 veces la capacidad máxima del embalse de La Laguna, al exutorio de la cuenca, y 3 veces el caudal anual promedio del Río Colorado. Obviamente, hay una incertidumbre importante en cuanto al contenido de hielo. El cálculo precedente, con un porcentaje promedio de hielo de 60%, lleva un resultado de 233 millones de m3.

Si queda indubitable que los glaciares rocosos, en un cierto rango de magnitud, son reservas de agua sólida, todavía no sabemos nada sobre su contribución anual efectiva al caudal de los ríos. Aquí, uno tiene que considerar dos situaciones: la situación de los glaciares rocosos activos en equilibrio con el clima; y la situación de los glaciares rocosos inactivos y en degradación, en desequilibrio con el clima.

Un glaciar rocoso activo se desplaza. Se considera en equilibrio con el clima mientras su contenido de hielo se mantiene constante; por lo tanto, su estructura interna siendo congelada, su contribución al caudal de los ríos debería ser nula. Pero esta noción de equilibrio tiene sentido al plazo de significación estadística del clima, es decir algunas décadas. Es probable que un glaciar rocoso, aunque sea en equilibrio con el clima, conozca, de un año a otro, variaciones de su stock de hielo, resultando en emisiones de agua en los años de degradación relativa del permafrost. Al día de hoy, está casi total el desconocimiento en torno a la cuantificación de estos procesos, pero lo más probable es que se traten de cantidades reducidas, considerando la desconexión que existe entre el núcleo interno congelado y los procesos atmosféricos. Al final, en esta situación de equilibrio con el clima, el valor de acuífero de los glaciares rocosos, y del permafrost en general, es probablemente más que todo indirecto, residiendo en el piso impermeable existiendo en verano al límite entre la capa activa superficial descongelada y el núcleo interno congelado: este piso impermeable favorece la llegada rápida de los escurrimientos difusos de agua (lluvia, derretimiento de la nieve) hacia los fondos de valle y los ríos. Ubicándose además en sectores umbríos, donde la nieve tiende menos a sublimarse, y en valles estrechos colgados encima de los valles principales, a la manera de embudos, los glaciares rocosos podrían bien actuar como “boosters” de los caudales.

Cuando el clima se calienta, los glaciares rocosos entran en desequilibrio, su permafrost interno se degrada, y su desplazamiento finalmente cesa. Mientras en esta situación los glaciares rocosos pierden progresivamente sus propiedades de substrato impermeable, la degradación del stock de hielo interno resulta en una producción continúa de agua. Volvamos a los glaciares rocosos de la cuenca del Río Colorado, e imaginemos que entren en desequilibrio con el clima y empiecen a degradarse continuamente. Lamentablemente está muy difícil predecir con precisión cuál sería el ritmo de derretimiento del hielo enterrado en los glaciares rocosos. Pero supongamos que por degradación del permafrost los 10.8 km2 de glaciares rocosos de la cuenca sufran una bajada promedia de su superficie de 5 cm por año: así liberarían anualmente alrededor de 500 mil m3 en la cuenca. A este ritmo el hielo de los glaciares rocosos se agotaría en promedio en un poco menos de 350 años. Estos 500 mil m3 corresponden a menos de 1% del caudal anual promedio del Río Colorado, es decir muy poco. Sin embargo, si vienen a liberarse durante los meses de verano (noviembre-marzo), y en contexto de sequía marcada (por tener un orden de magnitud, el caudal de verano promedio en 2010-2011 cayó hasta 0.6-0.7 m3/s), los glaciares rocosos podrían contribuir a más de 5% del caudal. Lo que sería lejos de ser totalmente despreciable. En cuencas donde no hay ningún glaciar, y muchos glaciares rocosos, esta contribución podría ser más alta.

Pero estamos en el dominio de las hipótesis. A la fecha de hoy, es prematuro decir que los glaciares rocosos y el permafrost de los Andes áridos y semiáridos son o no son muy importantes en términos hidrológicos. Son objetos hidrológicos de interés, que preservan importantes volúmenes de agua sólida, facilitan probablemente los escurrimientos difusos en dirección de los fondos de valle, y merecen más estudios para que se establezca precisamente cómo contribuyen o contribuirán al caudal de los ríos en un contexto de calentamiento del clima.



[1] Azócar G.F., Brenning A., 2010. Hydrological and geomorphological significance of rock glaciers in the dry Andes of Chile (27-33°S). Permafrost and Periglacial Processes, 21, 42-53.
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fuente: http://www.infoandina.org/es/content/del-potencial-hidrol%C3%B3gico-de-los-glaciares-rocosos#_ftn1

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