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Ordenamiento y Gestión Territorial en el Perú

 


Notas de la presentación de Francisco Santa Cruz
III Taller Nacional de Ordenamiento Territorial
Organizado por la Plataforma para el Ordenamiento Territorial y la Asamblea Nacional de Gobiernos


- La presentación se plantea ofrecer un marco general del tema considerando que el OT y sus instrumentos tienden a tener mayor sofisticación técnica, normativa e instrumental, lo que lleva a perder de vista el sentido de los instrumentos. Se trata de lograr entonces que los grupos de profesionales, la tecnocracia especializada tenga un marco de su actuación y que el tema del OT, no sea visto como el tema de un sector en particular, o a cargo del sector ambiente como protagonista único del OT. Si es un tema del desarrollo, envuelve a todos los sectores del gobierno y a todos los niveles del gobierno.


- El sentido del OT es contribuir de manera decisiva a la concepción de políticas de desarrollo sobre el territorio y alcanzar el desarrollo humano. Igual ocurre con descentralización, que es un proceso importante, parte de la reforma del Estado cuyo sentido se advierte cuando se la ve como instrumento al servicio del desarrollo, del bienestar, del desarrollo de las capacidades y oportunidades de la gente. Recordar también que su sentido político general es gobernar y esto implica diseñar y ejecutar políticas y en función de esas políticas, diseñar y ejecutar programas, instrumentos y herramientas. La relación privilegiada crucial entre descentralización y OT viene a ser un diálogo entre instrumentos al servicio de un fin superior que es el desarrollo. Por tanto tiene la lógica y protocolos técnicos fundamentales que se encadenan y cobran coherencia en función de ese objetivo superior.

- Es importante señalar, sin embargo, que la descentralización no es un instrumento unívoco, tiene una ambivalencia y un doble carácter. La descentralización y su opuesto la centralización, no constituyen un juego maniqueo de blanco o negro, no es que la descentralización sea exclusivamente positiva para el desarrollo y la centralización negativa para el desarrollo. Desde una perspectiva integral del desarrollo, descentralización y centralización cumplen un papel, todo consiste en saber a qué nivel y para políticas, para que propósito descentralizamos y, a que nivel, para que propósito se necesitará a veces centralizar. En ese juego entre descentralizar y centralizar hay una combinación necesaria de dos principios: El principio de la subsidiaridad que nos orienta para descentralizar, para saber que funciones y qué políticas deben descender al nivel más cercano a la población. Al mismo tiempo existe la necesidad de respetar el principio de las economías de escala, que indican para que políticas, para qué programas, para qué proyectos y para que propósitos es necesario concentrar y centralizar decisiones y recursos para mejores impactos y mejor eficiencia. El OT puede y debe ser una herramienta que nos ayude a ver en qué punto intermedio nos ubicamos, cuando se trate, en algunos casos de descentralizar y en otros casos de mantener un manejo centralizado.

- En el caso de los gobiernos regionales, de las políticas regionales, la cosa es especialmente compleja y ambigua, porque justamente las regiones se ubican en un nivel intermedio. Las regiones impulsan un proceso de descentralización en relación gobierno nacional, reciben y le son concedidas funciones. Pero las regiones respecto a los niveles municipales, locales, representan un alto nivel de concentración de decisiones, de recursos y de economías de escala. Si se quiere tener impacto en políticas regionales, hay que atender a las economías de escala, al mismo tiempo que se atiende la subsidiariedad, respecto del gobierno nacional. Esto es la competitividad. Por ello, en muchos casos, hay que reconocer que el llamado centralismo regional, por ejemplo, no solo es inevitable, si no es necesario si se requiere tener políticas y proyectos regionales de cierto impacto sobre el territorio.

- Esto lleva a establecer las competencias entre los tres niveles de gobierno, para hacer una adecuada gestión en estas distintas escalas territoriales. Las políticas macroeconómicas y políticas de precios, son una competencia fundamental y casi exclusiva del gobierno nacional, porque no hay forma de descentralizar este tipo de decisiones en donde las externalidades y economías de escala son rarísimas.

- En un siguiente nivel se encuentra un conjunto de políticas con expresión territorial, conectadas con la definición del ordenamiento territorial, conocida como aquel ejercicio que busca darle expresión en el territorio/espacio a todas las políticas de desarrollo, no solo a las políticas ambientales, en todos los campos: en el manejo de los instrumentos de funcionamiento de mercado, de los sectores productivos, de los sectores sociales, del ambiente, etc. Todas las políticas de desarrollo deben y pueden tener expresión territorial y el OT le da coherencia a esa expresión. Las políticas de promoción productiva de formación de mercados tienen sentido de política territorial y por ende debe ser una función política compartida por el gobierno nacional cuando se trata de dimensiones macroeconómicas y de los gobiernos regionales cuando se trata de fomentar mercados regionales que significan sobretodo articulación de redes de ciudades y su interrelación rural, etc. Las políticas sectoriales y de fomento de mercados están en ambos niveles, en el gobierno nacional y en el gobierno regional. Su inscripción territorial tiene que tener también esa función compartida entre ambos niveles.

- Políticas de provisión de bienes públicos, de la infraestructura, si se trata de infraestructura de cierta dimensión o de alcance nacional, es competencia del Gobierno Nacional, pero también hay un conjunto de proyectos de necesidades de equipamiento y acondicionamiento del territorio que tiene que ver con los gobiernos regionales. Aquí vale la pena señalar que en muchos casos, las funciones de los gobiernos regionales, en materia de provisión de infraestructura, lo que está haciendo a veces es duplicar la función de los gobiernos locales, por el tamaño, magnitud y alcance de los proyectos. Se requiere establecer, cuál es el rango el espacio de actuación de los gobiernos regionales en esta provisión de bienes públicos, por ejemplo por el lado de la infraestructura.

- En otro nivel descendiendo, se encuentran las políticas de alivio a la pobreza, que si tienen que estar muy cercanas a la población y sus organizaciones, pero que además tienen que tener un marco general normativo, de financiamiento, etc., es una política típicamente compartida entre gobierno nacional y los gobiernos locales.

- Todo esto al tener expresión territorial, nos está indicando entonces que el OT es un ejercicio que requiere interacción intergubernamental e intersectorial, para darte al OT esa visión de integralidad que requiere. El OT da expresión territorial a las políticas y contribuye a la construcción social de los territorios a través de esas políticas. El OT es un instrumento central para lograrlo y debe permitir regular política y técnicamente esa construcción. De paso dar respuesta a algunos problemas centrales como ¿de qué manera las políticas de desarrollo de construcción territorial, en un país como el Perú debieran responder a una preguntar crucial en término a modelo de desarrollo? ¿Modelo de desarrollo vinculado a las industrias extractivas? ¿o Modelo de desarrollo orientado a una diversificación productiva con mayor valor agregado?

- Para responder estas preguntas, en términos de tareas sobre desarrollo económico del territorio, se podrían distinguir 2 niveles: Un nivel de políticas macro, que corresponden al nivel nacional y un nivel de políticas intermedias o meso políticas, correspondientes a los niveles regionales. En lo macro, en términos de movilización de recursos de estrategias de desarrollo, uno considera las ventajas naturales, de recursos naturales, cuyo manejo responde a una dinámica nacional. La intersección de ambos, políticas a nivel macro y uso de ventajas naturales da como resultado exportaciones de productos primarios, exportaciones simples. Si por el contrario se propusiera pasar a una fase más avanzada del desarrollo, con exportaciones más complejas de alto valor agregado se necesitarían además de las políticas nacionales, tener políticas intermedias de los gobiernos regionales, que ya no van a buscar basarse en ventajas naturales inmediatas, sino que van a crear ventajas competitivas en el territorio, donde el instrumento son políticas intermedias de carácter territorial o dirigidas a lograr ventajas competitivas territoriales. El estado debería propender a que las políticas globales, macro económicas nacionales, tengan una expresión sectorial en el territorio. Si el gobierno nacional acompañara con otra visión de la gestión territorial en políticas sectoriales territorializadas y en tránsito a las políticas competitivas a nivel regional sería mucho más efectiva.

- Con esto se está señalando que la ruta del desarrollo, en la cual el territorio tiene que ser visto como un espacio de tratamiento e impulso de activación de ventajas complejas, es un tránsito que requiere la colaboración tanto del gobierno nacional, regional y local. Este es marco del desafío de las políticas territoriales para el desarrollo, dentro del cual el OT debe ser un instrumento funcional que ayude a concretarlo.

- Hay un conjunto de tareas en las regiones por el lado del OT: la infraestructura, la planificación urbana, la gestión de los territorios naturales como el de las cuencas, la infraestructura básica regular. Aprovechar estas potencialidades territoriales para darles un tratamiento competitivo. La articulación multisectorial es otro. Finalmente es importante revalorar el sector rural. Todos los desafíos y tareas que el país tiene desde el punto de vista del desarrollo con anclaje territorial, muchas de ellas pasan por revalorar este sector.

- Si se trata de atender las estructuras y dinámicas del territorio, lo que se necesita es atender una brecha que no terminamos de cerrar que es la de la organización natural del territorio y la organización política del Estado. El OT nos tendría que indicar dónde está la brecha entre la organización natural del territorio y la organización política, funcional y administrativa del Estado. Ambas estructuras no coinciden y un campo en el cual esa divergencia es notoria, de impactos tremendos para el desarrollo, es por ejemplo la gestión de cuencas y ecosistemas. La estructura del Estado no está pensada para una gestión de cuencas. Se necesitaría potenciar las instituciones de segundo piso, que permitan cerrar esa brecha (mancomunidades, una institución de la ANA con mayores recursos y competencias, las antiguas juntas coordinación intersectorial de agua). Es decir una institucionalidad ah doc que tienda a cerrar esa brecha. Esa convergencia podría servir más adelante para la conformación de futuras regiones.

- ¿Qué tipo de OT se necesita, en ese marco de políticas de desarrollo, de necesidad de establecer competencias entre los niveles de gobierno? Uno que ayude a poner en la agenda de la descentralización para desarrollo muchos temas, entre ellos, los más cruciales: El de los Recursos hídricos: en el escenario del cambio climático, el tema del agua de su uso irracional y escasez, ya es un problema crítico en el país. Si el OT y la descentralización no ayudan a replantear o resolver estos problemas, no están cumpliendo su papel. El de la seguridad alimentaria, es otro problema que se exacerba con el cambio climático que reduce el agua, que reduce la estabilidad y fertilidad de los suelos, que torna a la actividad alimentaria como actividad altamente en riesgo. El de la Conservación de biodiversidad, por ser país rico, pero esa riqueza a su vez es fuente de vulnerabilidad debido al cambio climático. La Diversificación productiva, absolutamente crucial, sobretodo porque el país está viendo cómo se agotó el ciclo anterior del boom de las materias primas y ahora nos encontramos en un escenario recesivo con caídas contiguas desde hace 3 meses. La diversificación productiva ante lo planteado es necesaria, pero ella no puede hacerse al margen del territorio, y el OT tiene mucho que decir en relación a la diversificación productiva.

- El OT debe plantearse además cómo reconstruir la organización administrativa y política del territorio, planteando que función tienen las distintas circunscripciones regionales, tanto como las provincias. Revalidar la provincia como unidad de planificación territorial, hay conjunto de recursos y masa crítica que indican que la provincia puede jugar un gran papel y hacia adelante, esto puede replantear el curso de regiones basado en provincias territorialmente más fuertes. Que el OT esté al servicio del desarrollo. El desarrollo es un tema más complejo que requiere intersectorialidad, de la coordinación intergubernamental y claridad política.

Fuente: Ordenamiento Territorial Perú

Andenes para formar suelo. Experiencia innovadora de agricultura familiar 
 
 

Mi fundo Shaja está ubicado en la sierra del departamento de Lima, a 3 000 m sobre el nivel del mar, en el distrito de Langa, provincia de Huarochirí. Yo estudié ingeniería agrícola en la Universidad Nacional Agraria La Molina. Inicialmente estuve trabajando como empleado en la ciudad de Lima, pero pensé un poco y, como mis padres tienen tierras en la sierra de Lima, hice planes y volví al campo. En la parte baja del valle, que es plana, casi todos los terrenos que se dedican a la agricultura tienen dueño y no hay forma de expandir y aumentar el área de cultivo, por lo que hay que mirar a las laderas. Las laderas por lo general son de pendiente pronunciada; además, la capa arable es apenas de 10 a 15 centímetros, y a veces ni siquiera eso, porque esa capa se erosiona con las lluvias, por lo que ahora que llueve poco se han muerto las plantas que antes había. Entonces, esas laderas están ya desprotegidas, son parte de un cerro sin especies, un cerro abandonado. Paralelamente a esto, como agricultores, vimos que se dio algo muy interesante en la ciudad de Lima: el acceso directo de los productores a los consumidores a través de las ferias de productos ecológicos. Desde la sierra trajimos nuestros productos para venderlos directamente al consumidor en la ciudad, con un valor agregado interesante porque son cultivos orgánicos: no usamos agroquímicos. A raíz de esto, la demanda por productos orgánicos es cada vez mayor en la ciudad de Lima. Entonces, tenemos que ver la forma de producir más para poder satisfacer esta demanda.

Es por eso que hemos construido andenes. Al inicio los hicimos con herramientas tradicionales. Ahora, esos andenes son iguales a los hechos por los incas, pero construidos con un mortero de cemento y arena para evitar que la piedra se caiga. En esos andenes hemos empezado a trabajar una diversidad de cultivos.

En estas fotos se puede apreciar la parte que ya posee una capa de suelo cultivable, que tiene como mínimo 40 centímetros de profundidad y puede llegar hasta un metro como máximo, porque se ha reconstruido el suelo; o, mejor dicho, se ha conseguido formar suelo. El poco suelo que había era de unos 15 centímetros y ahora se ha profundizado, lo que nos permite producir una gran variedad de hortalizas que se venden a los consumidores de la ciudad de Lima.

¿Qué hemos hecho nosotros? Hemos hecho un trabajo de andenería con herramientas precarias, como picos, barretas; un trabajo difícil y demasiado lento. Sin embargo, ahora ya hemos incorporado algo de tecnología; hoy contamos con una miniexcavadora y, para poderla utilizar, porque estamos en un cerro, antes tuvimos que hacer una carretera. Hoy ya está la excavadora en el lugar y estamos haciendo el movimiento de tierras para luego construir los andenes. Nuestro fundo Shaja mantiene una gran agrobiodiversidad con diferentes cultivos asociados, y vemos que la producción es muy satisfactoria.

Cuando yo retorné a la sierra, sembré toda el área con riego por aspersión; un año tuve excelente producción, pero el siguiente año ya el suelo era de solo 15 centímetros de profundidad y eso afectaba enormemente la producción. Por eso es que los andenes son necesarios para recuperar el suelo y sembrarlo con una diversidad de cultivos. Hoy pensamos seguir en este trabajo, pero con ayuda de la mecanización. Al ser caro mecanizar, hemos hecho un plan familiar. Yo tengo cuatro hijos; los dos menores están estudiando y los dos mayores ya son ingenieros civiles. Entonces, hemos llegado a un consenso con los que están trabajando para que inviertan en mecanizar y así poder ampliar el área de cultivo. Por decir, en esos cerros, más o menos tenemos unas quince hectáreas, pero es solo un cuarto de esta área la que estamos cultivando en andenes; el resto todavía está abandonado. Se necesita una enorme inversión para los andenes y hay que conseguir dinero. Hoy en día, las máquinas que tenemos se deben a esa unión que hemos conseguido con mis hijos: ellos han invertido. Yo también he invertido algo y hace poco tiempo (octubre de 2014) logramos comprar las máquinas. ¿Cuántos andenes más se pueden hacer por año con mecanización adecuada?.

Seguramente esto permitirá tener resultados más rápidos. Lamentablemente, se puede decir que el agricultor que piensa innovar sistemas en zonas de sierra no tiene ningún acceso a financiamiento, ni tampoco hay formas en que el Estado pueda contribuir o que algunas entidades puedan facilitar este tipo de innovaciones. Pienso que, en mi caso, tengo ciertas condiciones especiales. Por un lado, acceso directo al mercado, lo que permite que uno pueda conseguir recursos para hacer estas obras; y, por el otro, mis hijos profesionales, que también invierten en Shaja, nuestro fundo familiar.Mario Salsavilca
fundoshaja@gmail.com

Fuente: LEISA


Lecciones de los Incas para enfrentar cambio climático


By Rodrigo de Oliveira Andrade









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[CUSCO, PERÚ] Mientras las negociaciones en la 20ª Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP20) avanzaban lentamente en Lima, Perú, en diciembre, aproveché para viajar al Valle Sagrado de los Incas en Cusco, la capital del imperio incaico en los siglos XV y XVI. Quería ver cómo está afectando el cambio climático a los Andes peruanos. A través de imágenes y entrevistas, esta reportaje muestra cómo evalúan los investigadores los efectos del cambio climático y ayudan a la población local a adaptarse.



Mi primera parada fue en Moray, un sitio arqueológico que se encuentra a unos 3.500 metros sobre el nivel del mar. Moray acoge lo que pudo haber sido un centro de investigación agrícola en la época de los incas. Los expertos creen que el área de terrazas concéntricas se usó para experimentar el cultivo de especies de diferentes plantas silvestres a diversas alturas. De esta manera, los Incas pudieron averiguar qué plantas crecerían mejor a diferentes altitudes y temperaturas.




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Sitio inca de Moray, que parece haber sido una estación de investigación agrícola

El nevado Chicón, en el sur de Perú, puede verse claramente desde las colinas que circundan Moray. Chicón se encuentra en la cordillera de Vilcabamba, una cadena de montañas que se extiende unos 260 kilómetros al noroeste de la ciudad de Cusco.



Los investigadores del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) han observado que los glaciares de la Cordillera han perdido casi un cuarto de su volumen en las últimas décadas.




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Chicón, una montaña en la cordillera de Vilcabamba

La región del Cusco tiene 508 kilómetros cuadrados de glaciares, el área más grande de todas las regiones del Perú. En Moray, pregunté a Harol Miguel Alagón, mi guía de SERNANP, que está causando que los glaciares se derritan.



Me explica que las causas siguen siendo inciertas, pero que hay indicios de que el clima de la región ha cambiado, lo que ha provocado, por ejemplo, el calentamiento anormal de la superficie del océano Pacífico en su vertiente oriental tropical, fenómeno conocido como El Niño. “La temperatura media en los Andes se elevó 0,8 grados a lo largo del siglo pasado y en los últimos 40 años ha habido un aumento en la frecuencia e intensidad del fenómeno de El Niño”, dice Alagón.



El retroceso de los glaciares andinos probablemente se verá reflejado en los glaciares tropicales de todo el mundo si las temperaturas atmosféricas siguen aumentando a la tasa observada en las últimas décadas. Según el Banco Mundial, el Perú alberga el 71 por ciento de los glaciares tropicales del mundo. Sin embargo, en los últimos 30 años, la superficie de los glaciares peruanos se ha reducido en 22 por ciento.




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Los ríos andinos son alimentados en gran parte por las aguas del deshielo de los glaciares

En el viaje de cuatro horas a la ciudad inca de Machu Picchu conversé con Alagón sobre cómo el retroceso de los glaciares afectará la vida de la población local. “La mayoría de estos glaciares son pequeños, de menos de dos kilómetros cuadrados”, explica. “Sin embargo, proporcionan la mayor parte del agua que se utiliza para sostener la agricultura, abastecer a las ciudades andinas —sobre todo en otoño e invierno, la época más seca del año— y producir electricidad”, señala.






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Además de proporcionar agua para uso doméstico, los ríos andinos también son vitales para la agricultura y la generación de electricidad

Alagón subraya que la falta de agua puede causar conflictos entre la población local, dado que depende de este precioso recurso para el riego de sus cultivos, así como para el saneamiento básico.



Gran parte del hielo derretido en los Andes corre hacia el río Urubamba, que alimenta la central hidroeléctrica de Machu Picchu.



Los glaciares en el lado oriental de los Andes son también la fuente de los arroyos que alimentan los principales ríos de la cuenca Amazónica, al este. Estos glaciares contribuyen de manera importante a generar los sedimentos ricos en nutrientes de los ríos que sustentan la rica biodiversidad del área.




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La reducción de los glaciares podría causar conflictos locales a medida que el volumen del río disminuya

En las estribaciones de los Andes, donde comienza la llanura amazónica, los investigadores de la Estación Biológica de Villa Carmen —ubicada al norte de Cusco, a cargo de la ONG Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA)— están ayudando a la población local a adaptarse al cambio climático desarrollando una técnica para producir biocarbón, una forma de carbón vegetal usado como fertilizante.



Para hacer el biocarbón, se quema el bambú en un horno aproximadamente a 800 grados Celsius mientras se limita el suministro de oxígeno. Cinco horas más tarde, el bambú quemado es retirado del horno, enfriado con agua y molido en pequeños pedazos. El proceso completo demora alrededor de siete horas.




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Biocarbón, una forma de carbón vegetal usado como fertilizante, hecho de bambú

Yngrid Espinoza Villaruel, coordinadora de investigación agrícola en Villa Carmen, explica cómo funciona. “Al contacto con la tierra, el biocarbón actúa como un imán, reteniendo nutrientes importantes”, dice. “Eso ayuda a aumentar la fertilidad del suelo, contribuyendo  al crecimiento de diversas variedades de plantas”. La superficie porosa del biocarbón es particularmente acogedora para las bacterias y hongos que necesitan las plantas para absorber los nutrientes del suelo. También retiene el agua y aumenta la fertilidad de la tierra haciéndola menos ácida.




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El paso final en la producción de biocarbón es enfriarlo con agua y molerlo

Se necesitan alrededor de 5.000 toneladas de biocarbón para fertilizar una hectárea de tierra de cultivo. Esta técnica es muy común en China, pero ha sido introducida en Villa Carmen solo hace dos años. Los investigadores todavía están probando la técnica para verificar si realmente beneficia el suelo.



Me interesaba saber si los habitantes locales la habían adoptado. Espinoza me dice que las primeras señales son prometedoras, pero la producción de biocarbón todavía se sigue probando en las plantaciones de Villa Carmen. “El objetivo es desarrollar y mejorar la técnica y luego distribuirla a los agricultores locales”, dice.




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El biocarbón aumenta la fertilidad del suelo haciéndolo menos ácido

No obstante, los estudios de la estación muestran que la técnica ya está generando beneficios económicos a la población local. Heather Nobert, asistente de investigación en biocarbón en Villa Carmen, dice que los investigadores les compran a los pobladores el bambú que conviertan en biocarbón. “Pagamos 1.5 soles (alrededor de 50 centavos de dólar) por cada bambú que nos traen”, informa.



Actualmente, los investigadores están probando el efecto fertilizante del biocarbón en los cultivos de yuca, maíz, pimientos y caña de azúcar.




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El biocarbón actúa como un imán, ayudando el suelo a retener nutrientes importantes

Los investigadores de Villa Carmen también están trabajando para mejorar las prácticas agrícolas locales. Muchos agricultores cultivan variedades no indígenas, que no son adecuadas para el suelo local y que, por eso, reducen gradualmente su fertilidad. Como resultado, los agricultores pronto descubren que los cultivos ya no crecen más. “Entonces abren nuevas áreas de pastos muchas veces quemándolos para desbrozar las áreas arbóreas”, indica Yhilbonio Farfán, trabajador de Villa Carmen.



En Latinoamérica, la tala de bosques para la agricultura contribuye a la intensificación del cambio climático. Los investigadores de Villa Carmen me aseguran que esta práctica está alterando el microclima y el ciclo del agua en esta región del Perú.



Pregunto a Farfán si los agricultores locales están sintiendo ya los efectos del cambio climático. “La temporada de lluvias en la región ya no es como antes”, responde. “Llueve menos en momentos en que debería llover más”.



Los principales impulsores de la pérdida de bosques siguen siendo la explotación forestal y la ganadería. La deforestación en la Amazonía peruana se incrementó significativamente en 2013. Cerca de 145.000 hectáreas de selva fueron taladas el año pasado en comparación con un promedio de 113.000 hectáreas por año desde 2001, de acuerdo con las cifras presentadas en la COP20 por Gustavo Suárez de Freitas, quien dirige el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente de Perú.




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Los bosques de neblina son bosques siempre verdes en las montañas, con frecuencia envueltos en niebla y nubes

Con esto en mente, nos pusimos en marcha para subir 3.000 metros hasta los bosques de niebla de la Estación Biológica de Wayqecha —también a cargo de la ACCA—, cerca a la región del Cusco. Wayqecha significa hermano en quechua, la lengua indígena. Este centro de investigación se encuentra en la entrada principal del Parque Nacional del Manu, que alberga un hábitat de bosque húmedo y rico en especies.



En Perú, los “bosques de neblina” se encuentran principalmente en la vertiente amazónica de los Andes. Aunque algunos están en áreas protegidas, muchos otros son vulnerables a la deforestación o ya han sido profundamente desbrozados.




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Para restaurar las áreas degradadas de los bosques de niebla se cultivan árboles locales y otras plantas

Conversé con Carlos Manuel Zariquiey, coordinador científico de las estaciones de Wayqecha y Villa Carmen sobre los esfuerzos para reforestar las áreas degradadas del bosque de niebla. “Replantamos especies de plantas locales y árboles”, dice. “Hemos elegido especies locales porque no causan ningún tipo de estrés al suelo y crecen más fácilmente”.



En el interior de un invernadero, Zariquiey me muestra las plántulas de aliso, Queñua, llama llama y árboles de Chachacoma. Explica que la ganadería y los deslizamientos son las principales causas de la degradación de la tierra en la región. "Al replantar las especies cultivadas en Wayqecha, estamos tratando de limitar la erosión del suelo", añade.




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Los deslizamientos de tierra son una de las principales causas de la erosión en la región

Para ayudar a cultivar las plantas, los investigadores de Wayqecha han construido un biodigestor que transforma la materia orgánica en abono líquido y ofrece biogás para abastecer a la estación con energía eléctrica.



Con su trabajo, ACCA está ayudando a la gente de las regiones andinas y amazónicas a cultivar variedades de plantas de forma sostenible sin afectar a la calidad del suelo o degradar los bosques para la agricultura. El objetivo es ayudar a la población local a adaptarse a las nuevas condiciones ambientales, desarrollar modelos para predecir los cambios futuros y comprender mejor el comportamiento de las especies de los bosques, el clima y los animales.





La versión original de este multimedia se publicó en la edición global de SciDev.Net



Este artículo fue publicado originalmente en SciDev.Net. Lea la versión original aquí.


AGUA PARA UN MUNDO SOSTENIBLE

Informe de las Naciones Unidas sobre los recursos hídricos en el mundo 2015

“Los recursos hídricos, un elemento clave en las políticas de lucha contra la pobreza, a veces se ven amenazados por el desarrollo. Ante el constante aumento de la demanda de agua y la explotación excesiva de las reservas subterráneas, tenemos que cambiar nuestro modo de llevar a cabo la evaluación, gestión y utilización de este recurso del que depende nuestro futuro. Este es el llamamiento de la nueva edición de 2015 del Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo. Sus conclusiones son sumamente útiles en momentos en que la comunidad internacional se dispone a definir el nuevo programa de desarrollo destinado a suceder a los Objetivos de Desarrollo del Milenio”, declaró la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.

Por su parte, Michel Jarraud, Presidente de ONU-Agua y Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), afirma: “El agua y el saneamiento son esenciales para alcanzar muchos objetivos de desarrollo sostenible. Existe ya un consenso internacional sobre la importancia fundamental de ambos elementos, debido a que están indisolublemente vinculados al cambio climático, la agricultura, la seguridad alimentaria, la salud, la energía, la equidad social, la igualdad entre los sexos y la educación. Tenemos que avanzar en la mensurabilidad, seguimiento y aplicación de los programas de abastecimiento de agua y saneamiento”.

Una demanda en aumento


En 2000, la India contaba 19 pozos de agua perforados mecánicamente o entubados, frente al millón que tenía en 1960. Esta revolución técnica desempeñó un importante papel en la lucha de la India contra la pobreza, pero el subsiguiente desarrollo de los regadíos agrícolas provocó un considerable estrés hídrico en las regiones meridionales y orientales del país, en particular en los Estados de Maharastra y el Rajastán.

Este ejemplo es de por sí ilustrativo de los vínculos complejos que existen entre el acceso al agua y el desarrollo. Indispensable para el crecimiento económico y la lucha contra la pobreza, el acceso al agua hace de este preciado elemento un recurso natural directamente afectado por el desarrollo socioeconómico. Para resolver este problema es preciso equilibrar la demanda y el abastecimiento, objetivo para el que queda un largo trecho por recorrer. A pesar de los considerables avances logrados en los últimos años, todavía hay en el mundo

748 millones de personas privadas de acceso a fuentes de agua preservadas de la contaminación. Las primeras víctimas de esta situación son los pobres, las poblaciones marginadas y las mujeres.

Nunca como ahora nuestro planeta ha estado tan sediento. Para responder a las necesidades en agua de una población mundial cada vez más numerosa, el sector agrario y el energético tienen que incrementar constantemente su producción. De aquí a 2050, el sector que más agua devora, la agricultura, tendrá que producir un 60% más de alimentos a nivel mundial y un

100% más en los países en desarrollo. Además, la demanda de bienes manufacturados también tiende a aumentar, lo cual hace que la presión ejercida sobre los recursos hídricos se acreciente. Según las previsiones, en el periodo 2000-2050 el aumento de la demanda de agua del conjunto de la industria mundial se va a cifrar en un 400%.

La gestión del agua sigue sin efectuarse de manera sostenible, a pesar de que la demanda global se ha disparado –de aquí a 2050 está previsto que aumente en un 55%– y de que un 20% de las aguas subterráneas del planeta están siendo explotadas abusivamente. El regadío intensivo de tierras cultivadas, el vertido incontrolado de plaguicidas y productos químicos en los cursos de agua y la falta de tratamiento de las aguas residuales –que afecta al 90% de las aguas de esta clase en los países en desarrollo– son ejemplos manifiestos de las carencias.

Presiones del desarrollo económico sobre los recursos hídricos

El costo ambiental de todas esas prácticas contrarias a una gestión sostenible del agua es muy importante. Se traduce por contaminaciones masivas y pérdidas cuantiosas de numerosos recursos hídricos. En las planicies del norte de China, por ejemplo, el regadío intensivo ha provocado un descenso del nivel de la capa freática que se evalúa en unos 40 metros. El costo ambiental se traduce también por el deterioro –a veces irreversible– de muchos ecosistemas, en particular en las zonas de humedales y las costas. La consecuencia de esto es una merma considerable de la capacidad de esos ecosistemas para purificar y almacenar el agua.

A todas esas presiones se suman las ejercidas por el cambio climático. En efecto, la mayor variabilidad de las precipitaciones lluviosas y la elevación de las temperaturas provocadas por la alteración del clima provocarán un aumento de la evaporación de los suelos y de la transpiración de los vegetales. Además, la elevación del nivel del mar ocasionada por el cambio del clima puede afectar a los acuíferos de agua dulce de las zonas costeras o bajo influencia marina. Algunas ciudades de esas zonas empiezan a ver sus acuíferos subterráneos invadidos por agua salobre de origen marino, como ocurre en Calcuta (India), Shangai (China) o Dacca (Bangladesh). Otro tanto ocurre con algunos archipiélagos del Océano Pacífico, como los de Tuvalu y Samoa, donde la salinización excesiva de las aguas subterráneas impide a sus habitantes obtener el agua dulce suficiente para cubrir sus necesidades, viéndose así obligados a importar volúmenes de agua potable cada vez mayores.

Según predicen los autores del informe de las Naciones Unidas, la intensificación creciente de todas esas presiones sobre los recursos hídricos puede desembocar en una competición por el agua entre diferentes sectores económicos, e incluso entre regiones y países.

El informe señala también carencias en la gestión racional y sostenible del agua e insiste en la necesidad de modificar los métodos actuales de evaluación, gestión y utilización de este recurso vital. Hoy en día, el agua se paga con frecuencia a un precio inferior a su valor real y, además, no se tiene en cuenta a la hora de adoptar decisiones en el sector energético y el industrial. Por regla general, las decisiones que determinan en gran medida la utilización que se debe hacer del agua suelen estar en manos de un reducido número de partes interesadas del sector público, semipúblico y privado, que se guían sobre todo por una visión estrecha, a corto plazo, sin tomar suficientemente en cuenta las cuestiones ambientales.

El círculo virtuoso del desarrollo sostenible

El informe destaca la función que pueden desempeñar los poderes públicos para influir en las opciones estratégicas que tienen repercusiones determinantes en la perdurabilidad de los recursos hídricos. Los autores del documento preconizan que se limite la construcción y utilización de centrales térmicas, que producen hoy en día el 80% de la energía eléctrica y devoran grandes cantidades de agua. La limitación de la producción termoeléctrica se puede lograr, por ejemplo, subvencionando energías renovables como la solar y la eólica, aunque actualmente todavía sean costosas. En el ámbito de la agricultura, el consumo excesivo de agua también se puede limitar dando subvenciones a los agricultores que optan por sistemas de regadío eficientes. En un país tan árido como Chipre, los subsidios a los campesinos han permitido que se modifique considerablemente su actitud con respecto a las técnicas de riego y que se impongan métodos menos despilfarradores de agua.

La transición a modos de producción más sostenibles tiene indudablemente un costo en inversiones, pero éstas generan un círculo virtuoso, según el informe. En efecto, algunos estudios han mostrado que por cada dólar invertido en la protección de una cuenca hidrográfica se ahorran hasta 200 dólares en costos de tratamiento del agua. En Uganda, por ejemplo, es preciso invertir cada año 235.000 dólares con vistas a optimizar el tratamiento de vertidos y desechos que se necesita para preservar la integridad ecológica del humedal de Nakivubo. Gracias a esa inversión, este ecosistema húmedo depura el agua destinada a la capital del país, Kampala. El valor del servicio de depuración así prestado por el humedal a esta ciudad se estima en unos dos millones de dólares anuales. En Estados Unidos, se ha estimado que la gestión adecuada de la parte alta de las cuencas hidrográficas que abastecen de agua a Nueva York permite al municipio de esta ciudad ahorrar cada año 300 millones de dólares.

Los esfuerzos realizados por algunos países indican que es posible lograr una mejor gestión y una utilización más escrupulosa de los recursos hídricos, incluso en los países en desarrollo. Una muestra palpable de esto nos la ofrece la Administración de Abastecimiento de Aguas de Phnom Penh, la capital de Camboya. Este organismo, que hace veinte años se hallaba gangrenado por la corrupción y al borde de la quiebra, se ha convertido hoy en uno de los servicios de abastecimiento de agua más eficientes del mundo. En 1998 logró reducir las pérdidas del preciado líquido en un 60% y en 2008 éstas representaban solamente un 6% del volumen de agua suministrado, lo que sitúa a este servicio de abastecimiento camboyano a un nivel de resultados comparable con el de un país desarrollado como Singapur.

En estos momentos en que las Naciones Unidas se disponen a adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el periodo 2016-2030, el informe subraya que uno de esos objetivos debe estar íntegramente centrado en la cuestión del agua. También preconiza que, a diferencia de lo ocurrido con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2001-2015), no se haga hincapié exclusivamente en el acceso al agua y el saneamiento, sino que se tengan en cuenta otras cuatro cuestiones: la gobernanza de los recursos hídricos, la calidad del agua, la gestión de las aguas residuales y la prevención de catástrofes naturales ocasionadas por el agua. El organismo interinstitucional ONU-Agua ha formulado una propuesta a este respecto. Se prevé que la adopción de los ODS tendrá lugar el próximo otoño durante la celebración del correspondiente periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo es fruto de la colaboración entre los 31 organismos de las Naciones Unidas y las 37 organizaciones internacionales que componen ONU-Agua, De su elaboración se encarga el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP), albergado por la UNESCO. Destinado en un principio a hacer un balance global de la situación de los recursos hídricos en el mundo, este informe se ha venido publicando hasta 2012 con una periodicidad trienal, pero desde 2014 se edita anualmente y tiene un carácter monográfico. Su presentación al público se efectúa ahora con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua, cuya temática coincide con la del informe.

Acceda al informe completo:  Enlace

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