
En el mundo, el boom de proyectos hidroeléctricos en construcción o proyectados —que duplicaría el área actualmente cubierta por represas, dice el estudio— agudizaría el problema.
El trabajo, publicado en BioScience, señala que las represas emiten unas mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI), correspondiente 1,3 por ciento del total de emisiones globales anuales.
Considerando un período de 100 años, 80 por ciento del total correspondería a metano, por lo que las represas emiten más metano que las plantaciones de arroz y la quema de biomasa.
“Estimamos que las represas emitien alrededor de 25 por ciento más de metano por unidad de superficie que las calculadas”, dice a SciDev.Net Bridget Deemer, de la Escuela de Ambiente de Washington State University de Vancouver, EEUU, y líder del estudio.
“El metano permanece en la atmósfera alrededor de una década contra varios siglos del C02. Pero como es más potente, en 20 años aporta casi el triple al calentamiento global que el C02, un plazo más relevante para los tomadores de decisiones”, añade.
El metano se produce al fondo de los embalses, donde el oxígeno es escaso, y las bacterias descomponen el material orgánico (árboles, pastos) que está ahí o llega acarreado por cursos de agua. Parte del metano se convierte en C02; el resto se libera desde la superficie como burbujas.
Analizando estudios de más de 250 represas (un cuarto del área global ocupada) e incorporando el fenómeno de las burbujas, los investigadores encontraron que las represas emiten más metano que los lagos y humedales.
Para Emily Stanley, de la Universidad de Wisconsin, el estudio es “sumamente importante” porque entrega la mejor información disponible sobre las emisiones GEI de las represas, y porque demuestra que las altas emisiones de metano no están vinculadas a la ubicación o antigüedad de las represas, como sugieren otros investigadores, sino a la cantidad de materia orgánica.
A Deemer le entusiasma la posibilidad que abre su investigación de diseñar, situar y operar represas para que emitan menos gases.
Por ejemplo, según el estudio, las algas proliferan en represas situadas corriente abajo, que reciben más nutrientes como nitrógeno o fósforo y producen más metano.
Finalmente, los investigadores proponen incluir las emisiones de represas en los inventarios de GEI del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
Enlace al artículo completo:Greenhouse Gas Emissions from Reservoir Water Surfaces: A New Global Synthesis
El hecho de que las represas emitan grandes cantidades de metano, un gas mucho más potente que el CO2 para acelerar el calentamiento global, pone en evidencia que no todo proyecto hidroeléctrico es necesariamente sostenible. Es preocupante que el boom de nuevas represas pueda duplicar el área afectada y, con ello, aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, considero fundamental que los gobiernos y las empresas incluyan estos datos en sus planes y busquen alternativas o mejores prácticas para reducir este impacto ambiental. No se trata solo de generar energía, sino de hacerlo de manera responsable y considerando todos los efectos a largo plazo sobre el medio ambiente.
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Trabajo en la instalación de gas natural residencial.