Género y territorio comunal: Desafíos para la planificación territorial
Por: Elqui Cruz (ONG CooperAcción)
A través del tiempo, los seres humanos, hombres y mujeres, han ocupado el espacio, construyendo formas de vida y de relación entre sí muy diversas,
las
cuales constituyen parte la cultura de cada pueblo. Estas relaciones han
marcado formas de adquisición de la propiedad sobre el territorio, su
trasmisión, sus vínculos con el ejercicio del poder y el uso de los recursos
naturales.A través del tiempo, los seres humanos, hombres y mujeres, han ocupado el espacio, construyendo formas de vida y de relación entre sí muy diversas,
En gran parte de
las culturas, hubo un predominio de las relaciones de género patriarcales, las
que se han expresado en roles y formas de dominio sobre el territorio.
Estas relaciones se han ido transformando de manera acelerada, principalmente
en las zonas urbanas. En el mundo rural esas transformaciones han sido mucho
más lentas y existen agrupaciones humanas en donde éstas se mantienen casi
inalterables. Estas interacciones en sus expresiones espaciales, requieren ser
analizadas antes de plantear cualquier propuesta de ordenamiento y gestión del
territorio, pues de ello depende la eficacia que pueda tener, más aun cuando se
desea trabajar ordenamiento en territorio indígena.
Antes de
concentrarnos en las relaciones de género existentes en el mundo rural, nos
detendremos en las dinámicas urbanas. Las ciudades se caracterizan por tener
una elevada concentración poblacional y por lo tanto, en ellas existe una
maximización del uso del espacio y de los servicios y una relación indirecta
con el manejo de los recursos naturales. Las dinámicas que se establecen
en las ciudades plantean un tipo de funcionalidad particular entre hombres y
mujeres. Esa funcionalidad se da en base a una lógica reducida del manejo del
espacio, ya que la mayoría de hombres y mujeres administran una propiedad
o control del territorio de dimensiones pequeñas (desde 40 mt2 hasta,
excepcionalmente, más de 1000mts). Las actividades económicas del hombre y la
mujer urbanas no dependen de su dominio del espacio físico y por lo tanto, su
administración es menos relevante en la formas de vida urbana. De otro lado, al
ser espacios reducidos, la delimitación de ellos ésta previamente definida para
la ocupación. Esto conlleva a que los conflictos por la propiedad sean menos
intensos y tengan un carácter individual.
Pero además, en la
ciudad el ejercicio del poder no está vinculado a la propiedad de la
tierra, depende de otros factores como pertenencia a una élite burocrática, a
un partido político, a un sector económico, etc.
En el caso de las
comunidades nativas y alto andinas, la ocupación que hacen del territorio está
en función de un espacio mayor (generalmente por encima de 100 has), el sentido
de la propiedad es comunitario y la administración de los recursos naturales
juega un rol importante en la vida social y económica de la comunidad. En este
escenario los roles entre hombres mujeres son diferenciados por las actividades
económicas que realiza cada uno sobre el territorio.
Aunque cabe
mencionar, que el proceso de colonización y la búsqueda de acceso a los
beneficios que brinda el Estado moderno han llevado a que las comunidades se
concentren en asentamientos humanos, copiando la estructura urbana más cercana.
Estas nuevas prácticas chocan con las formas tradicionales de ocupación del
territorio y de producción cultural, pero además los induce a romper,
muchas veces, el equilibrio ecológico de su entorno, a realizar un manejo
precario de animales de crianza menor y a quedar expuestos a enfermedades,
principalmente cuando se trata de mujeres, ancianos y niños, ya que son ellos
quienes están más presentes en el espacio doméstico.
En la frontera
norte (Amazonía) del país el territorio de las comunidades comprende las
chacras, los caminos, las zonas de pesca y el asentamiento humano, en el cual
se concentra la población y el mismo que está compuesto por viviendas. Dentro
de las viviendas, se realiza la crianza de animales menores, porcinos y
domésticos, además del cuidado de la familia.
En esta
configuración del espacio, las mujeres son responsables de administración
de la zona que ocupa el asentamiento comunal[1] y de las zonas de producción y recolección más cercanas. Los varones
viajan a zonas del territorio comunal más distantes para cultivar y cazar.
En la sierra sur
del país, el uso del espacio es similar, las mujeres administran el territorio
en donde la población suele concentrarse, ya que ellas se quedan a cargo de los
hijos, de los cultivos más cercanos y la crianza de animales menores. Esto les
permite además, que su familia acceda a los servicios básicos como salud
y educación.
De otro lado, los
varones tienen la administración global del espacio. Su dominio del territorio
se hace efectivo en las zonas más distantes, las cuales, por lo general, son
dedicadas al cultivo de papa (Laymes y otros).
Sobre este punto
podemos concluir que:
- El dominio del territorio es mucho más importante en el mundo rural, porque de
ello depende las condiciones de existencia de su población.
- Las cuotas de poder entre hombres y mujeres sobre el territorio dependen
del ámbito en el que se encuentran. En la ciudad, ambos géneros,
casi en igualdad de condiciones, controlan su pequeño espacio, de manera
individual y los espacios comunes se encuentran manejados por el Estado.
Por el contrario, en los espacios rurales (comunidades campesinas y
nativas), el ejercicio del poder sobre el territorio entre varones y mujeres se
da según el ámbito de administración y dominio del espacio.
- Las formas de vida en un asentamiento humano comunal, no necesariamente son
sostenibles, ya que suelen reproducir la distribución física territorial de lo
urbano, sin los servicios básicos que esta demanda, llegando a deteriorar las
formas de vida de los pueblos indígenas, esta situación podría generar un
manejo desordenado del asentamiento comunal, afectando directamente la salud
pública y la calidad de la producción agropecuaria.
- Existe un interés diferenciado de varones y mujeres sobre
el territorio y ello influencia en su participación en asuntos públicos y en
particular, en los procesos de ordenamiento. En consecuencia, estas diferencias
deben ser consideradas en el proceso de planificación para que realmente sea
inclusivo y sostenible.
[1] Zona de uso “asentamiento comunal”; el asentamiento comunal es el área que ocupa las población, esta se encuentra al interior del área la comunidad y es el lugar en donde la población concentra sus actividades sociales, políticas, económicas y culturales.
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